August 19, 2004

ME LO DIJO SÁNCHEZ QUE ESTUVO EN MALLORCA

Bienvenidos a Twin Peaks.jpg

*Imaginar sintonía de "Verano Azul" ligeramente acelerada, con un toque siniestro a lo "Twilight Zone", mientras un autobús se aproxima al más anodino de los pueblos costeros baleáricos a velocidad de "Paseando a Miss Daisy", según el agente 86 le dijo a 99 por el zapatófono, cuando ésta se hallaba aún explotada y acosada moralmente, para variar, en Fawlty Apartments, a finales de una ardiente mañana de agosto.

A pesar de la traumática experiencia con aquel hostal de Palma regentado por corsarios de su majestad, no aprendí la lección y acabé aceptando un precio un tanto excesivo para diez días, si bien cabe achacarle esto a mi pusilanimidad habitual -a ver quién se atreve a pedir que le devuelvan todo el dinero habiendo puesto ya la mitad- y a que me valió más media pensión en mano que alojamiento volante y quién sabe si escurridizo. Quizá si hubiesen incluido muffins, el agente Cooper no se me hubiera puesto tan quejica, aunque no deje de ser un rasgo entrañable muy propio de su roja persona y no dejase de tener razón en lo terriblemente húmedo del clima, lo injustamente caro que es todo, lo masificado de las playas y la total ausencia de alternativas más o menos culturales, ni canal de videoclips tenían, aunque el cubil elegido no estuviera del todo mal y se hallara en una buena situación, justo al lado del paseo marítimo, uno de los pocos lugares que agradaron a Isabelo junto con las rocky beaches que para nuestra fortuna, suelen asquear a británicos y germanos por igual, aunque se hallaran pobladas de curiosos ojos autóctonos familiarizados con mi manía de ir sola a todas partes.

En esta ocasión, el tiempo que pasamos juntos se vió reducido a unas cuantas tardes-noches y una mañana, excepto los tres días libres que conseguí arrancarle a la déspota neurótica que tengo por jefa, cambiando un miércoles como éste al viernes y gracias a mi recepcionista alemana favorita que me cedió su única jornada de asueto a cambio de ofrecerle yo la mía cuando la necesite: en principio eran cuatro, pero como era de esperar, la bruja anunció con satisfacción que otro día me lo daría encantada, pero que teníamos overbooking y que me necesitaban allí el viernes, ni siquiera me quería dejar la mañana del domingo para despedirme de mi compañero de departamento, aduciendo que apenas veía a su marido, que se supone que vive con ella, el pobre hombre...ya ensució suficientemente las dulces horas que pude pasar con Mr. Drae, arrebatándome minutos y minutos, emponzoñando mi espíritu con sus maniobras dictatoriales, no dejándome salir casi nunca a mi hora, mandándome ordenar la recepción cuando estoy a punto de irme con el bolso puesto...Isabelo fue testigo de cuántas veces le deseé la desgracia y la muerte, que la vida le cobre todo lo que debe a los que ha pisoteado y sigue pisoteando desde su inmerecido puesto de directora histérica y ciclotímica. El otro día intentó congraciarse conmigo una vez más, tomándome por una tonta que perdonase a cualquiera sin medir la gravedad de la ofensa o el maltrato continuado, aunque para esto seguramente habrá otros posts, antes del final de la temporada.

En realidad no debería seguir hablando de ello, porque no puedo con esta miserable, hace aflorar mi lado más oscuro y macarril, siento que deseo hacerle daño de verdad, que podría llegar a agredirla o atentar contra sus propiedades. Espero que sólo sean las típicas fantasías de venganza del empleado oprimido común.

Mobbing diverso aparte, y si bien no pudimos ir al cine ni meternos con las películas españolas que pilláramos por Canal + como en episodios anteriores, ya no hablemos de librerías, que lloramos todos, pude enseñarle las mejores partes de la aldea de Pin y Pon a Don Cocoa e incluso tuvo la oportunidad de conocer a The Royal Rinconbaums en persona, gato, progenitores socarrones y una silenciosa Fumadora de Camel incluidos.

Volviendo a la introducción, me lo encontré saliendo imprudentemente de una emboscada que me había preparado, el muy ladino, y buscamos un taxi hasta nuestros aposentos en la guarida precipitadamente seleccionada por servidora, si bien no creo que se pudiera encontrar nada mucho mejor, más bien algo peor incluso: he de admitir que las categorías aquí son engañosas la mayoría de las veces, lo que en la península es un cinco estrellas aquí no es lo mismo, ni mucho menos...consideren esto como un aviso para navegantes.

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*La piscina es más bien una bañera atestada de guiris y no había minibar, aunque esto último sea algo dificil de apreciar sin la colaboración del CSI y su ampliador mágico de afotos. Suerte que esos malditos forenses voyeurs no andaban por allí...:P

La primera tarde en el buffet fue algo desafortunada y puedo decir que se nos caía el alma a los pies al pensar que tendríamos que aprovechar ese servicio cuántas veces nos fuera posible: pensé en exigir una devolución a la agencia a instancias del Capitán, que seguramente estaría pensando en que allí solo había ensaimada con crema y nunca bollos del Imperio, pero en días sucesivos se demostró que era comible e incluso aceptablemente bueno.

A la mañana siguiente fuimos la playa, aunque no a la que teníamos al lado, en vez de eso me pareció que podíamos probar a caminar hasta la playa sita frente a mi antiguo lugar de trabajo, aunque no osamos acercarnos al restaurante ni al Great Northern Hotel, nos mantuvimos ocultos entre los chalets, las rocas y el mar...así y todo, por informaciones posteriores de mi madre, sé que fuimos avistados por una de mis cuñadas segundas, que no quiso decirme nada para no molestarme. Espero que no viese las perrerías acuáticas a las que fui sometida a traición, tales como ahogadillas y proposiciones deshonestas diversas :P

Se nos hizo muy tarde andando de un lado para otro, así que acabamos "comiendo" a las seis de la tarde en el burguer de abajo, frecuentado por guiris y adolescentes ahora y en mis tiempos, aunque entonces había más de lo segundo que de lo primero. También probamos a llegarnos al pueblo, hasta mi calle: al saludarme una de mis vecinas, Isabelo no pudo evitar apreciar su sonrisa "entre beatífica y maligna", no en vano se trataba de una de las mayores cotillas de mi barrio. Además le enseñé la biblioteca que antes fue la mansión de mis abuelos. No hubo actividad paranormal en el Cuarto de los Muertos :(

Por la noche fuimos a dar un paseo por la playa y no contento con eso, al día siguiente se presentó en mi hotel por sorpresa, con la intención de traerme algo de comer, ofrecimiento que rechacé amablemente, no quería que se viera inmiscuido en algún tipo de altercado entre yo y la Stalinova, así que se volvió a nuestro centro de operaciones, espero que en autobús...unas horas más tarde, fuimos a cenar a un restaurante del puerto -y no pidió madalenitas, pidió sepia- y decidí enseñarle los antros de perdición: en el segundo de ellos, aún teniendo esperanzas de sorprender en él a mi amiga la del pueblo, estuvimos a punto de darnos de bruces con los mismísimos Falleros de Cabronia en inoportuna aparición especial, pero a media escalerilla se dieron la vuelta y se metieron en el bar de abajo...si pensaban saludarnos después no lo sé, porque nos marchamos pronto, y encima andando. De los pubs visitados, concluyó que el primero era un quiosco sobredimensionado que difícilmente podría ser considerado como bar y que el segundo era terriblemente caluroso; el clima estaba acabando con él, es un milagro que llegara a su casa sin una oreja derretida o algo así.

Al parecer fui avistada por la compañera y la zorra integral de mi jefa, que salieron juntas y nos vieron en el primer pub y andando por la carretera de regreso, cuando estaban sentadas en el Kentucky a las cuatro...hum. De momento, no vamos a pensar nada :P

El domingo salí a las ocho y se nos hizo muy tarde, por lo que tuve que cenar con el uniforme puesto; además tuvimos el dudoso placer de ver el habitual karaoke de Grease que se ofrece a los turistas desde el balcón. Personalmente, creo que el animador alemán que hacía de Kenickie se aprovechó algo de la Rizzo beoda que le había tocado en suerte...mientras tanto, mi madre se las había arreglado para organizar una cena para mi segundo día libre y ofrecerse de lavandera.

Esa mañana fuimos a la playa que nos pillaba más cerca, y tampoco consiguió que hiciese topless para escandalizar a mi tío el hotelero, que tiene allí su chalet...esa es sólo una pequeña muestra de hasta dónde puede llegar la entrañable perversidad del Capitán. Más tarde, hizo una maliciosa observación sobre el hecho de que a mí también me gustaran los mejillones, en Ca'n Punyetes el mejor restaurante de tapas del puerto, curiosamente propiedad de un granadino, si habíamos de atenernos a la decoración del local.

A eso de las siete y media nos encaminamos a la destartalada mansión de los Rinconbaums, que nos esperaban impacientes en el salón. Mi hermana se había traído una amiga, pero ésta tuvo que irse y quedamos solos ante el peligro, con la ligera ventaja de que mis hermanos ya conocían a Isabelo del viaje anterior y además se empeñaron en amenizar la velada, sobre todo un Pakito desatado, haciendo gracias sobre si mi madre nos echaba la cena a las once de la noche al fondo del jardín, que era dónde cenábamos tumbet, uno de los pocos platos que le salen bien a esa cocinera terrible que es mi pobre mamá y cuyas escasas habilidades han sido heredadas por mí. Entre ella y mi padre acribillaron a preguntas a Don Cocoa, y hasta le advirtieron sobre el desorden de mi cuarto cuando quise enseñárselo: supongo que NO es molt ordenat, como dijo mi padre haciendo aspavientos y poniendo caretos ridículos muy parecidos a los míos. De ahí en adelante, "és molt ordenat" se convirtió en uno de los mantras favoritos de Isabelo...no deja de ser cierto que mi habitación es más semejante a una zahúrda que a un paisaje lunar cualquiera :P

Como siempre ponía el aire acondicionado tan alto, se me resfrió y tuve que ir a por Frenadol e Hibitane a la farmacia por la tarde, después del infierno cotidiano, pero al día siguiente ya se encontraba bien y pudimos llevarle la ropa a mi madre para que la lavase, y nos quedamos a comer en la plaza, en un renombrado café en el que acabó apareciendo uno de mis tíos más cínicos que al parecer, le echó una mirada inquisitiva a mi acompañante por encima de sus gafas de sol... nos paseamos por el pueblo, y me volví a subir a las murallas, olvidando de nuevo que tengo vértigo, circunstancia que el malvado Cocoa aprovechó para hacerme nuevas perrerías...y eso que ahí arriba no me olvidé de ningún muffin por no prestar atención. Pero no adelantemos terribles sucesos :P

Luego caminamos hasta una rocky beach que le gustó tanto que nos hizo volver al hotel a por los bañadores para regresar a la misma después, con gafas de buceo incluidas. A continuación, llegamos al buffet por los pelos, como la mayoría de españoles del hotel, a ver cómo quieren que cenemos a las seis a imagen y semejanza de los hijos de la Pérfida Albión. No sé si era este día que me entró una "sed de café" terrible y al final acabamos en una heladería...es que soy una yonki, además de olvidarme de las peticiones de repostería diversa con relativa facilidad. No tengo perdón, lo sé.

El jueves por la mañana ya no pudimos ir a la playa, nos levantamos demasiado tarde y nos fuimos directos a Ca'n Punyetes para pedir unos mejillones al vapor de primero, mientras se me reprochaba mi afición a los entrecots, puesto que ya llevaba dos en dos días: es que precisamente no puedo comerlos siempre que quiera...por la noche, volvimos juntos por la carretera y al no hacer cenado yo, nos demoramos en el burguer de abajo: la tarde del viernes fuimos a recoger la ropa a casa de mi madre y nos dijo que el domingo por la mañana podríamos ir a comer a casa, ya que la estación de autobús está al lado. Luego volvimos al hotel y al buffet y al paseo por el puerto hasta el fatídico 1919, donde esa noche bebí un Capuccino de Luxe con demasiado Bailey's como para no acabar tomándole afición y donde probamos un muffin que alguien creyó de café cuando era de toffee, que es caramelo...el sábado fuimos a cenar a un restaurante en el que el día anterior habíamos visto a Llum Barrera, pero no fui exactamente por eso, sino porque me gustaban las pintas: lamentablemente fue una desacertada elección por mi parte, ya que la comida era algo insípida y pesada, no pude acabarme mi lasagna de berenjenas y tuve que decir que no eran ellos, sino mi capacidad limitada.

Y claro, el 1919 estaba al lado. Y yo me había tomado el chupito al que nos habían invitado y estaba distraída y algo achispada mientras él esperaba leyendo el Marca y quejándose de lo desconectado que había estado de sus cotilleos futbolísticos durante la estancia, cuando se fue al baño hablando no sé qué de una magdalena de fresa...que es strawberry y no blueberry, que casi podría afirmar que es efectivamente, "arándano" y NO tiene porque ser igual que las manufacturadas por cierta cadena de cafés norteamericana, anda que como esté en el Mercadona a precio no precisamente de oro, lo que me voy a reír :P

En cuánto regresó de sus micciones, empezó a preguntarme si le había pedido su magdalena de fresa y así todo el tiempo, con lo que ya me había bebido medio Capuccino de Luxe y no cesaba de decirle si la quería de verdad o no. Y luego va y escribe un post, encima...no debí decirle que en realidad era de arándanos, si lo sé le digo que blueberry es petróleo :P

Tras este drama isabelino de insospechadas consecuencias nos aguardaba una nueva sorpresa: en el burguer de abajo estaba toda mi pandilla sentada, entre ellos mi amiga del pueblo, así que al final los presenté y estuvimos hablando un rato, aunque no pudimos acompañarles de marcha, ya que era la última noche y había otras prioridades.

A la mañana siguiente lo empaquetamos todo y comimos en mi casa, aunque esta vez conseguí contenerme algo, no sé si se me vieron las lágrimas en el taxi, espero que no. De todas formas, sólo estaban Pakito y mi madre, y lo último que me dijo en la estación fue que si no se interponía una magdalena entre nosotros..*SIGH*

...

Menos mal que me dijo "Hasta luego" desde la puerta del autobús :)

Soy consciente de que esta crónica no es tan espectacular ni lucida como las otras, pero esto no es sino la demostración práctica de que vivo en un degradado pueblo costero sin horizontes y sin interés puramente turístico. Es que no hay ni una mala alternativa a nada, oiga.

Posted by xisca at August 19, 2004 1:40 AM
Comments

"...que podría llegar a agredirla o atentar contra sus propiedades."

Bueno, estoy leyendo todavía la crónica, pero haré un inciso para calmar a la ciudadanía...

Les puedo asegurar empíricamente, que esta muchacha es incapaz de agredir a nadie. Quicir, en un momento de ofuscación podría intentarlo... pero les aseguro que sin el menor efecto lesivo en el supuesto agredido... (JOJOJO)

Posted by: Isabelo on August 19, 2004 2:48 AM

"Espero que no viese las perrerías acuáticas a las que fui sometida a traición, tales como ahogadillas y proposiciones deshonestas diversas"

"Esa mañana fuimos a la playa que nos pillaba más cerca, y tampoco consiguió que hiciese topless"

"Más tarde, hizo una maliciosa observación sobre el hecho de que a mí también me gustaran los mejillones"

"os paseamos por el pueblo, y me volví a subir a las murallas, olvidando de nuevo que tengo vértigo, circunstancia que el malvado Cocoa aprovechó para hacerme nuevas perrerías..."

Diso bendito, el capitan es un maldito pervertido (JOJOJO)

Posted by: Abazathlonado on August 20, 2004 3:56 AM
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