...que no de ajustes, para eso ya tengo otro blog: ahora que por fin he resuelto ciertos problemas técnicos, puedo despedirme de esta casa, ya que me han propuesto otra que me parece mejor, y allí puedo intervenir más en la parte administrativa del blog y aprender más sobre el tema de lenguajes y comandos, además de no depender de nadie en concreto.
Dicho esto, sólo me queda dar las gracias a todos los que me han prestado su atención y su tiempo, e informar a los cuatro gatos de siempre que me traslado a La Luna de Valencia, en una nueva galaxia
Aún pienso que escribir esto me ayudará, aunque no estoy segura. Si tuviera más tiempo, -no me queda más remedio que salir esta noche, a regañadientes, esta semana los japoneses siguen sin inventar otra manera de socializar- desarrollaría un post sobre lo que ha sido este invierno estudiando un módulo de recepción, a ver si conseguía reconciliarme minímamente con mi trabajo, con esta Sicilia hostelera y sus inevitables concesiones, aunque sólo fuese para aguantar el tiempo que me quede aquí.
Ya imaginaba que cuando se acercase el final del curso y el principio de la próxima temporada surgirían preguntas y presiones por parte de mi entorno, pero sinceramente me está costando mucho aguantar según que insinuaciones. Creo que decirme que no pierda el tiempo y me busque otro "que sea de aquí" es pasarse, y mucho.
Aunque luego intente rectificar y decir que si quiero este bueno, pero que no puedo estar toda la vida así...si no tiene nada mejor que decir que se calle. La vida no es como ella cree, la opción más práctica y segura no es necesariamente la mejor. Me da igual que esté dispuesta a hacer y decir lo que sea para que me quede, me da igual que no le importe que sea una desgraciada o que incluso desee que fracasen mis planes de la peor manera, con tal de que me quede a su lado.
No váis a conseguir desanimarme, a pesar de mi poca paciencia, de mis pensamientos más negros, de este oscuro invierno interminable, de la mala suerte, de que las circunstancias aún no sean propicias.
Ojalá hubiese algún modo de pasar el menor tiempo posible en mi casa. Quizá hablarles lo imprescindible sería un buen método, al menos no tendría que escuchar barbaridades de este calibre.
Me parece que hoy también cogeré un taxi sin motivo aparente y volveré a las tres...
Aún falta una hora para irme, así que he decidido que intentaré extenderme en lo posible, a fin de decirme más a mí misma sobre cómo mantener una actitud positiva en medio de todas estas dudas, azuzadas hacia el futuro más negro posible por los reproches y dudas de personas muy cercanas a mí, que no creen que sea capaz ni de buscar un trabajo, ni de mantener una relación ni de nada, frotándose las manos egoístamente, pensando que podrán manipularme para que renuncie a mi vida y me quede a cuidarles en lugar de mandarles a un asilo, que se lo debo...ya sé que ellos me han cuidado, que me han pagado carreras inacabadas y todo eso que siempre dicen, pero creo que tengo derecho a empezar mi propia vida, y no me interesa acabar mis días en este pueblo, recordando siempre a alguien que me quiso, y con la única compañía de las oportunidades perdidas y los reproches velados de un par de ancianos resentidos, que siguen creyendo que aquí les valoran y les respetan.
No quiero ser como vosotros, así de simple. No os lo diré porque no quiero haceros daño, aunque no hagáis más que intentar cortarme las alas a cuchillo en cualquier conversación trivial, porque ya no voy a ser como vosotros, porque nada es igual y porque quiero creer que lo voy a conseguir, que lo vamos a conseguir, y esto es lo más importante que me ha sucedido nunca: si sólo fueran mis sueños, pero es que también son los de otra persona, no voy a permitir que los aplaste el miedo, y menos el de otros.
Me temo que esto no está siendo muy positivo que digamos, empieza a resultar hasta cómico de puro melodramático, pero es lo que hay.
Sobre buscar un trabajo, tengo tres opciones: ver dónde tiene sentido tirar un currículum y proceder, creer que el lunático de mi tutor de verdad nos va a buscar trabajo a las tres y que no es la personificación del cuento de la lechera -un día, en otro post, será convenientemente amonestado al respecto- y por último, aceptar una temporada más en el infierno. Y no sé de qué serían capaces ni si tendría fuerzas, igual hasta acababa en un psiquiátrico o en la cárcel, a veces recuerdo como me llegaba a poner, y me asusto. Además tengo el capricho de querer quedarme abril para mí, y no sé hasta que punto eso es posible, pero ha sido un invierno agotador y necesito volver al tiempo que para mí cuenta de veras, no a esta espera viscosa que se desliza en la oscuridad.
No sé porqué parecerá tan difícil que las cosas resulten en este momento, creo que está durando semanas, y no me gusta, no soy capaz de ver nada positivo, estoy convencida de que la primavera no llegará, de que no volveré a verle nunca, y al mismo tiempo, veo que pensar así es absurdo, que nunca entenderé porque creo que el negro va a triunfar siempre sobre el blanco, en mi caso particular.
Me gustaría mejorar y no estar demasiado triste esta noche, aunque sólo sea por no fastidiar a nadie, pero el caso es que lo estoy, y no está fructificando el intento de alejar esta tristeza de mí soltándola en un post en blanco. Lo dejo aquí, espero estar mejor en próximos días.