Duermen todo el día. Se divierten toda la noche. No envejecen. Nunca mueren. Es divertido ser un vampiro.
En este revelador documento gráfico obtenido de uno de nuestros más leales confidentes del msn aparece nada menos que el Departamento Socialista de Fenómenos Paranormales en pleno, alborozado ante la evidencia de que el resto de huéspedes del hostal ni salen en la afoto ni se reflejan en el espejo...que esos perdularios durmieran hasta las seis de la tarde y no pudieran ser acreditados luego como "criaturas de la noche y derivados" en el informe para justificar gastos es otro tema. Que ni siquiera se hallaran en el pasillo en aquel preciso momento también sería irrelevante para la subsiguiente y ardua investigación del escenario de los hechos por parte de ambos agentes del orden, que acudirían raudos a Granada, Capital Intelectual del Mundo, necesitado de nuevo de la acción conjunta del FBI y la Armada Invencible, dispuestos a salvar el planeta de la invasión de lo que fuere, al menos durante la última semana de febrero.
DOMINGO 22: LESTAT Y CLAUDIA, El REENCUENTRO
"Porque estoy acomplejá"
Reinterpretación del ya clásico "Porque yo lo valgo" de L'Oreal en los anuncios de las estaciones de autobús de la Gran Vía granadina por parte de unos sutiles gamberros armados de sprays y plantillas...colosal XD
Aunque ya me vaya acostumbrando a esto de los viajes, eso no le resta un ápice de emoción a la aventura: el cielo parece más azul, te pones bochornosamente cursi e intentas retener un poco más cada hora que pasa, como si fuera la última...si bien en esta ocasión intervendrían otros alicientes, como el visitar por primera vez una ciudad tan bonita como Granada y la posibilidad de volver a disfrutar de la grata compañía y la vasta sapiencia del Capitán Cocoa, granadino él y por tanto, gran conocedor y chauvinista convencido, el mejor compañero de fatigas que se pueda tener.
En un claro exceso de prudencia, volví a llegar demasiado pronto al aeropuerto: una vez más la azafata tuvo que etiquetar mi maleta con el cartel de "Apertura de vuelo" y a eso de las nueve y mucho ya andaba por el café de la terminal desayunando un bocadillo de jamón serrano...hasta las dos tuve tiempo de encontrarme con la novia de mi hermano que se iba a Canarias pasando por Sevilla, de comprarme una Rock de Lux -buscaba algo denso que me durara más de media hora y hace años que no abro una revista femenina por salud mental- y descubrir que mi último capricho monetario iba a consistir en adquirir "Talkie Walkie", el último disco de AIR en edición limitada con escenas de uno de sus conciertos incluidas y a precio de oro en la tienda de discos, ahí mismo, ahora o nunca, y que el vodka Gorbachov y los peluches de lechuzas existen. Pero ahí me contuve, ni tocarlas y mucho menos comprarse una...cómo se nota que mis tiempos de furor twinpeaker pasaron tiempo ha.
A eso de las doce me decidí a pasar por los detectores de metal, hastiada ya de guiris y pantallas cambiantes, sólo para encontrarme con lo que debía ser la parte antigua del aeropuerto, extrañamente solitaria y desolada, como que faltaban dos horas todavía, por lo que me metí en el baño en un infructuoso amago más de peinarme; recibí una llamada del Capitán interesándose por mis andanzas de aquel momento, que consistirían en zamparse otro bocadillo de serrano y un té con limón intentando hacerlos pasar por una comida decente, ya que en el avión sólo me tomaría un zumo de tomate, que ahora son más buenos y en botella de cristal, desde que hay que pagar por ellos, claro. Me atendió una azafata que parecía nueva y cuya natural torpeza me enterneció, recordándome mi primer año de ayudante de recepción...otra vez conseguí olvidarme de que tendría que ponerme a buscar trabajo en otro hotel en cuánto volviese a esa roca dejada de la mano de Diso en la que sigo vegetando, más o menos. Aunque esta vez no íbamos a Madrid, no noté grandes diferencias en el paisaje a miles de metros bajo nuestros pies, si bien escuché que alguien decía que estábamos sobrevolando Alicante en cuánto avistamos tierra.
Una vez aterrizamos, resultó que teníamos que bajar la escalerilla como divas de Hollywood en vez de atravesar el acostumbrado pasillo de nave espacial, aunque eso sí, esperamos las maletas media hora menos :P...como siempre, no oí la llamada perdida del pobre Isabelo, y he de confesar que me pasé un ratito buscando hasta distinguir su egregia figura en la distancia, libro en mano, como era de esperar. Luego vinieron su sonrisa lejana, el avieso brillo verdeazulado de sus ojos, unas breves frases y un efusivo saludo. Y nos subimos a un taxi para iniciar una animada conversación que yo aprovecharía para darle mi sorpresa, producto de la serie de arrebatos consumistas en pleno aeropuerto de Palma relatada más arriba, el que sería más irreflexivo de todos ellos, pues él ya se había comprado "Seda" de Baricco en la FNAC, aunque no tuviese dedicatorias de broma como la mía... finalmente se decidió que habría un intercambio de ejemplares del opúsculo en cuestión. Si mi memoria no estuviera totalmente ocupada por un trasunto borroso de la imdb.com, no tendría estos lapsus.
Una vez en el Hostal Atenas, sito en la Gran Vía de la ciudad, de dos estrellas, y sin minibar ni diligentes Juanys que valiesen -imagínense que un día tuvimos que hacer la cama y todo- pero con Canal Plus, estuvimos deshaciendo las maletas y durmiendo algo, por lo que se nos hizo muy tarde y tuvimos que cenar en el Pizza Hut de abajo; luego regresamos a nuestra habitación y permanecimos despiertos un tiempo, ya que Van Helsing y la señorita Murray debían pulir su técnica con estacas y martillos...
LUNES 23: EL MISTERIO DE GRANADA'S LOT
"A ver, déjame probarlo...¡¡sabe a agua con jabón!!"
El Capitán, intentando reducir el nivel de mi martini a su pesar, bien buscando nuevas sensaciones, bien temiéndose lo peor :P
Debido al lógico cansancio y a la tardanza del buen Capitán, que se hallaba inmerso en los laberintos de la burocracia, acabamos desayunando a horas poco recomendables en un café de diseño llamado "Flor y Nata": nuestra insana merienda consistió en unos deliciosos y minúsculos pastelitos y un capuccino por cabeza. Debido a las imponentes pintas del lugar, su cercanía al escenario de nuestra investigación y la indiscutible calidad de sus croquetas, volveríamos por allí en los días siguientes.
Tras un primer reconocimiento de la ciudad, fui retratada delante de la Estatua de Colón -Mr. DRAE señaló la incorrección de la fecha cincelada en números romanos, no serían muy de letras- y de la catedral que siempre encontraríamos cerrada hasta casi el fin de nuestra singladura, e interrogada acerca de qué quería comer; conseguí decidir que tocaba marcarse uno de esos tapeos de los que tanto he oído hablar a los andaluces residentes en mi comunidad, así que nos llegamos a un lupanario bareto que denominaremos como El bar del tipo que osó retratarse con Jason Priestley, ya que ni uno ni otro recordamos el nombre del mismo. Allí bebimos una Heineken él y un martini excesivo yo, ya que el camarero no sabía prepararlos y me dijo que nadie se los pedía nunca...luego el Capitán me aclaró que allí sólo se pedían cervezas y refrescos. Ya, y por eso tienen Martini y una amplia gama de whiskys y vodkas, sobre los que tuvimos una conversación acerca de las marcas que habíamos probado. Las tapas diferían algo de las que tomo en mi isla, en la que todo tiende a estar más bien estofado y no mayoritariamente frito o rebozado, como albondiguillas y una especie de panecillos imitando la forma de los donuts con pollo dentro. Qué estaba muy bueno todo, ojo.
Cómo eran más de las cuatro y media, cerraron enseguida, aunque tuve tiempo de echar un ojo a todas las fotografías del dueño con famosos de ralea diversa: cómo ya he destacado, lo que más me impresionó fue la foto con uno de los impresentables aquellos de "Sensación de vivir"...hace falta ser protervo. A continuación, seguimos paseando y llegamos hasta el Generalife, los jardines de la Alhambra, llenos de japoneses y alemanes: por fin sé dónde se nos han ido los germanos, y no les culpo, la verdad. Fui retratada en la Puerta de la Justicia, coronada con unas más que lógicas granadas que en uno más de mis retorcidos procesos mentales confundí con coles, provocando la justa hilaridad de mi fotógrafo particular...
Luego regresamos al hostal y yo saqué unas valiosas pruebas documentales que traía conmigo por expresa petición del amigo Cocoa: se trataba de un antiguo caso en el que me había visto involucrada años atrás, cuando ambos nos hallábamos enemistados de la forma más tonta por esos foros de Diso por cuestiones de índole literaria y otras frikadas; nada menos que las catorce cartas manuscritas de El Loco, una suerte de pirado del inet más patético de lo habitual y que me pretendía en aquella época: por fortuna, un evidente exceso de confianza acabaría por desmontar sus mentiras ante todo y ante todos. Al leer un par de las cartas, el Capitán destacó su ininteligible letra de psicópata y su extraña costumbre de no poner fechas ni nada, obligando a esta detective a numerar los sobres...nos echamos unas buenas risas a su costa, más no se merece ese desgraciado. Finalmente nos trajimos algo de comida china de uno de los muchos restaurantes de esa clase que había en la ciudad -uno a cada paso como mínimo- y comimos en la habitación, viendo el episodio especial de CSI de ese lunes, uno en el que Grissom ligaba con Lady Heather, la madame sadomaso; fue un tanto decepcionante, aunque había puesto muchas expectativas en él, eso también. Me va pareciendo que Bruckheimer jamás me llegará tan hondo como Carter y Lynch, las cosas como son. El Capitán se mostró asombrado sólo porque yo me comí el arroz tres delicias y el pollo al curry y él no fue capaz de comerse enteros ni sus tallarines con verduras ni su arroz frito con pollo...ese momento de ofuscación alimenticia -ni yo sé cómo tenía tanta hambre- sería usado contra esta agente el resto de la semana, en restaurantes y cafeterías, con argumentos tipo "A mí no me engañes, eh, qué tienes hambre, ¡con lo que te comiste el lunes!...".
MARTES 24: SOFIA COPPOLA'S DRACULA
"Venga guapetón, no me lo desprecieh"
*La gitana con el romero, a ver si el supuesto guiri de ojos claros le da algo
"Pero si yo soy más granaíno que tú..."
*El cachondo del Capitán, que no soporta que le asalten por la calle.
Esa mañana también la perdimos en gran parte por la cama, si bien fue lluviosa en algunos momentos, por lo que recuerdo: estuvimos paseando un poco por la ciudad y acabamos en "La Blanca Paloma", un sitio de tapas al que fuimos a una hora razonable para lo que son unos bohemios ocasionales como nosotros, al menos no serían las cuatro: no había ensaladilla, por tanto, aún no pudimos comparar y empezar a despotricar contra aquella amalgama urbanita sin sentido que tanto nos asqueara por los Madriles :P, pero sí había calamares, croquetas y unas berenjenas rebozadas que no me arrepentiría de pedir, pese a que no pudiera acabármelas todas ni aún con la ayuda desinteresada del Capitán. En el transcurso de la comida, llamó mi madre, para comunicarme que me habían devuelto el trabajo y que me mandaban a otros apartamentos con mi jefa, que pasaba a ser mi compañera...no diré que me sintiera contenta en aquel momento. No quitaba que me siguiera sintiendo ofendida por cómo se había dudado de mi capacidad y mi cordura, pero ya dedicaremos un post a ese peliagudo tema en próximos días, que no se preocupen, no...además quería que le enviara una postal, que le hacía ilusión, y estaba preocupada por si habíamos sentido el terremoto de Marruecos, que acabó por salir en las noticias en cuánto hube colgado.
No puedo negar el haber sentido cierto alivio, de pronto podía volver a mirar los escaparates de primavera de las tiendas sin sentirme desamparada y podía pensar en comprarme el nuevo libro de la Grandes, incluso. Pero al mismo tiempo, seguía sin fiarme de ellos, no dudaba que podían desdecirse en cualquier momento; de algún modo sabía que sólo era una prórroga. Tan grises pensamientos se disiparon gracias a la amena conversación de Don Cocoa y a la hermosura de su ciudad, por no hablar de la suya propia ( JO JO JO)...pasamos casualmente por delante del cartel de "Lost in translation", que se estrenaba aquel mismo día y que a ambos nos apetecía ver, sobre todo por la presencia del gran Bill Murray y en mi caso, por dirigirla Sofia Coppola, cuya "The Virgin Suicides" me había dejado marca en su día y de esas para toda la vida, además.
Sacamos entradas para las ocho en un pequeño cine del final de la Gran Vía, el Madrigal y por fin llegamos a uno de esos ansiados cafés literarios; anteriormente habíamos pasado por el "Anaïs", que estaba chapado, dicho en el lenguaje de la capitanía, entre lo pasota, lo castizo y la floritura académica, pero no ocurría así con el maravilloso "Bohemia", el café soñado por todo pseudointelectual que se precie, lleno de fotillos de mitos de todo pelaje enmarcadas sobre las que basar cientos de anécdotas para impresionar al pretendido cultureta contrario y decorado con cosas como un encantador jukebox de los años sesenta en el que se vislumbran casposas cancioncillas pop de Rocío Dúrcal, por poner un ejemplo estremecedor, un piano de pared o una antigua silla de barbero...yo también pedí capuccino y un batido de fresa. Por supuesto, cayeron algunas fotos, en las que se me siguió rogando que me dejara ya de caretos variables de compungida, pero es que la cámara solo me capta los instantes de negatividad, me odia, es así de sencillo. Luego nos pasearíamos otro rato y nos volveríamos al hostal a descansar...nos pasamos algo de tiempo y entramos con la película empezada por minutos, pero me encantó, supongo que tanto en mi foro de cine cómo aquí acabaré expresando mi muy positiva opinión al respecto con más detalle. Al salir, anduvimos hablando de lo genial que estaba Bill en el karaoke, con aquel "More than this" tan desgarradoramente cómico, por ejemplo, y creo que repasaríamos toda su carrera antes de encontrar un restaurante que nos convenciera para cenar...era muy peculiar, un minúsculo local de paredes dibujadas con botellas -tardé unos segundos en encontrar la puerta del baño- en el que se mezclaban un aire intimista de cervecería para policías de serie americana solitarios con un curioso sistema por el que tú mismo tenías que cocinarte los finísimos bistecs de ternera que pedimos, imitando a la pareja de yuppies cuarentones de atrás, en una especie de mini-barbacoa que te ponían en la mesa junto con una selección de salsas diversas: le dejé el mando de ese barco al Capitán, si bien él me aseguró que todo lo que aprendía a preparar se convertía en su especialidad, no culpemos por entero a mis nulas habilidades culinarias y a mi firme voluntad de no tirar o incendiar nada por esa vez. Y regresamos a nuestro cubil, no sé si fue esa noche que releímos un poco más las cartas, y hasta me fascinó lo pánfila que había podido llegar a ser en el pasado. Si cogiese un Delorean y me fuese hasta aquella neurótica in extremis de Xisca 2001 en su centro juvenil, sin dinero, sin ordenador propio y con el tiempo de respuesta limitado justo para obcecarse en chorradas, sin apenas amigos, sin contacto con la realidad, creyéndose víctima de una conspiración de crueles e impíos frikis granujientos para decirle que un día se reiría de todo aquello con el menos pensado, sé que jamás me creería. Siempre podría decirle a aquella salvaje que eso era su monolito, pero me da que no se iba a reír.
MIÉRCOLES 25: ENSALADILLA PARA NOSFERATU
"Eres temerariamente solícita"
El Capitán, en la habitación, en algún momento de nuestras interminables disquisiciones acerca de lo divino, lo humano y lo bien que me sentaría un look juvenil y urbano.
Esta vez sí, fue saltar de nuestro acolchado ataúd a horas poco recomendables para acabar en el "Flor y Nata" y pedir una tapa de croquetas y ensaladilla a modo de desayuno-aperitivo: Cocoa confesó que aquella no era la mejor ensaladilla que había comido, pero a mí sí me gustó bastante, aunque en vez de alcaparras tuviera pepinillos y gambas peladas, la textura era la esperada, eso sí era una auténtica ensaladilla y no aquella masa capitalina incomible. Las croquetas eran sublimes...al irnos a comer demasiado pronto a un italiano de los que lo hacen denso y grasiento, ni yo pude acabar mi lasagna, ni él sus tallarines con no sé qué salsa verde. Eso sí, me pude tomar un café expresso con terrones, que siempre me hace gracia, aunque el señor me afeara que le echara dos, siempre pinchando el gamberrete.
Para tratar de bajar todo eso, seguimos paseando bajo una llovizna intermitente y pasamos por los curiosos Jardines del Triunfo , dónde fui fotografiada a mi pesar, para luego irnos al Hospital Real, en el que se hallaban varios patios interiores, una extensa biblioteca de las antiguas y una efigie de Carlos V con un espada "de juego de rol", según el graciosillo del Capitán, burlándose de frikis propios y extraños, ante la que me echó una foto más, "para tu madre", as usual. Luego volvimos al hostal y se hizo tan tarde que tuvimos que encargar la cena en el Telepizza de abajo, ya que al día siguiente nos íbamos a la Alhambra de visita turística y teníamos la obligación de "madrugar" a las nueve y veinte.
JUEVES 26: VAMPIROS EN LA ALHAMBRA
Perdido en la traducción: " ¡ Hola Mamá! Hoy hemos ido a La Alhambra y hemos visto el Patio de los Leones, el Palacio de Carlos V y aquella poesía sobre Granada que te hace tanta gracia, la de "Dame limosna mujer...", estoy muy bien y me gusta mucho la ciudad. Hasta ahora, Xisca."
Esa es la postal que le envié a mamá y que llego dos días después que una servidora...en fin. Todo sea porque le hacía ilusión a sa madona. Una vez levantados a regañadientes y medio alelados, nos subimos a un minibus que iba a la Alhambra, no sé si se nos ocurrió desayunar o no, igual comimos unos donuts y unos kit-kats que habríamos comprado la noche anterior en uno de esos 24 horas regentados por silenciosos orientales que no parecen tener necesidad de cerrar y descansar, y así nos plantamos en aquella suerte de palacio de las mil y una noches, a rebosar de alemanes y con algún que otro paisano de mi roca pululando por ahí y xerrant en mallorquí...ahí sí que nos cansamos, ya todo lo que subes lo tienes que bajar, y aún así nos demoramos en los jardines del Generalife buscando una puerta concreta, una en la que había una llave y una mano que según rezaba la leyenda correspondiente, el día que se tocaran significaría que los musulmanes reinarían para siempre o durante doscientos años, no estoy segura. Pero no la llegamos a ver por ningún lado, nos quedamos con las ganas de ver semejante flipada.
Por alguna razón, en varias de las puertas se dibujaban o una llave o una mano, como si fuera una aventura gráfica a resolver...aquí sí que hice la sesión completa y puedo asegurar que nunca me hice tantas fotos. Vimos muchas cosas, aunque recuerdo sobre todo las minuciosas tallas de los techos, la Torre de la Cautiva y la historia que la acompañaba - yo dije "Pobre mujer" y el Capitán me respondió "Pero si era una cabrona, conspiró para asesinar a los hijos de las otras y que los suyos fuesen sultanes" (... )"Ouch!"- la subida a la Alcazaba, la extravagante mezcla de estilos del Palacio de Carlos V y las escaleras en restauración que lo unían al palacio árabe, las continuas dedicatorias a Washington Irving, lo del ciego en Granada grabado en una pared y las bellas frases de Villaespesa que aparecían en placas del jardín. Aquí sólo tenemos unos baños y gracias, y en la capital, como todo...(insertar gruñidos a lo Marge Simpson)
Al final tuvimos que ir a comer, y ese persuasor nato logró que venciera mis "prejuicios etnocentristas"(Cocoa dixit) para llevarme hasta un auténtico japonés, el "Momotaro" -"Melocotón", en castellano- , dónde un camarero ataviado con un kimono, imagino que andaluz de adopción, por su acento de origen incierto, nos hizo toda una interpretación del típico japonés sereno, gentil e incluso con esa obsequiosidad embarazosa que se les supone a los asiáticos: eso no fue una simple comida, fue una experiencia. Incluso nos preguntó si habíamos estado en un restaurante nipón antes, pero el Capitán sólo se acordaba de su trauma con el wasabi...luego comprobaría que no era para menos. Esa masa verde aparentemente inofensiva no pica, descongestiona a lo bruto :P
Estuvimos mirando el menú con fotos y nos decidimos finalmente por unos fideos de los que no recuerdo el título para él, un pollo al teriyaki para mí y el sushi, que no sería lo más bueno, pero si lo más gracioso...además pedimos una botella de sake, como en los mejores mangas. Nunca lo había bebido, sabía algo así como té con Marie Brizard. El plato principal fue buenísimo, no dejamos nada, aunque usamos la salsa de soja que era para el sushi, por lo cual aquel señor tuvo que advertirnos amablemente...aquellas bolitas de arroz con lonchitas de pescados crudos diversos encima se parecían mucho a la comida que ves dibujada en "Ranma 1/2", por ejemplo: aunque Cocoa me avisó sobre el wasabi, resultó que habia sido introducido de forma subrepticia en algunos de los canapés redondos de una especie de piel negra con arroz apretado en su interior y la primera vez, se me despejó la nariz y se me saltaron las lágrimas; algo similar le debió pasar al que antes me había llamado provinciana por ser la primera en mojar en la salsa equivocada, porque tras ingerir no sé qué cosa se puso más rojo que el infierno (JO JO JO) :P
El caso es que me gustó mucho y además nos trataron como si fueramos samurais de gran valía, prácticamente. Luego el Capitán me dijo que se había leído el artículo que había en una de las paredes -el camarero le dijo que podía descolgarlo y leerlo sentado- y que se suponía que allí iba "la crema de la intelectualidad granadina".
Paramos en el "Bohemia" a tomar el café, y casi me dejo la postal, garabateada y todo, pero la pareja que se sentó en nuestro sitio me la devolvió con una sonrisa, por lo que volvimos al ciber en el que habíamos estado el día anterior...fue todo un espectáculo ver la cara de cabrón simpático del Capitán en todo su esplendor mientras respondía a una evidente provocación en cierta lista; hasta abrió majestuosamente la página del DRAE. Miramos un post de "Lost in Translation" en mi foro de cine buscando la confirmación de ciertos rumores que aseguraban que la historia contada por Sofia se basaba en una aventura real que ella habría tenido con Harrison Ford, pero al parecer se trata sólo de que un anuncio en el que Indiana parecía abatido le inspiró su delicada fábula de soledades en compañía.
Parte de esa noche la pasamos en un multicine, cenando a toda prisa en un "Bocata", la menos estomagante de las franquicias que había para elegir, lo cual no impidió que este par de golosos se zamparan un trozo de tarta de chocolate y un sandy con sirope de fresa, una debilidad personal mía de siempre. A la proyección de "21 gramos" llegamos puntuales, aunque he de decir que no fue tanto de mi agrado como el cuento de la hija de Francis, no es mala, ni mucho menos, tiene otra premiable interpretación de Sean Penn, pero sí me pareció muy exagerada y con un final lynchiano pegado a una narración de historias progresivamente entrecruzadas que no se sabe muy bien qué pinta ahí, la verdad. No es que destripe nada del argumento si cuento lo que se ve en esa imagen final, por ejemplo. Finalizada la película, los cazavampiros se volvieron charlando al cuartel por una ciudad desierta y mojada, que es una imagen que le place a esta Buffy en particular.
VIERNES 27: ABIERTO HASTA EL AMANECER I O MINA Y VAN HELSING SE TELETRANSPORTAN A NECROMÁLAGA
He cruzado oceános de Guinness para encontrarte...
Estuve parte de la mañana sola, ya que el Capitán debía hacer unas gestiones en su empresa y adquirir los billetes de autobús -el Teletransporte ya no es lo que era en tiempos del Capitán Kirk- para esa tarde...mientras tanto, y pese a la posterior incredulidad del ausente, me levanté a las diez y veinticinco, me duché tranquilamente y me bajé a la cafetería-pastelería de al lado a tomarme un croissant con café con leche, siendo testigo de una curiosa anécdota: había unos abuelos en la barra que parecían clientes habituales del local, ya que el dueño y la chica que atendía les hablaban con familiaridad; en un momento dado, el hombre intentó regalarle algo de chocolate a la anciana, para sus nietos, que no habían querido venir y que según el marido de la señora "ya no se querían juntar con ellos", pero ella no lo aceptaba y el hombre pareció decirle con auténtica severidad que "Que se va usted a la calle, porque me está despreciando, señora, no sea insensata", pero al minuto siguiente me apercibí con alivio de que se trataba de una muy bien expresada forma de cortesía. Me gustó tanto el acento como el vocabulario utilizado y la expresión de todo ello, es estupendo que aún haya gente que hable así de bien. Luego me aburrí y subí a la habitación, leyendo algunas páginas más de mi inconclusa Rock de Lux.
A eso de las dos vino cargadito de tapas del "Flor y Nata" -albóndigas, patatas con alioli y las imprescindibles croquetas- en cajitas de plástico, pero tuvimos que ir a dar un breve paseo para que la chica accediera a hacernos la habitación fuera de horas... nuestra Juany no nos hubiera hecho eso, así hubiéramos dormido hasta las cinco de la tarde. Al volver, nos lo comimos más o menos todo un poco frío y nos dirigimos a la estación de autobuses, que era más grande que el aeropuerto incluso; nos subimos al autobús y mientras yo admiraba hora y media de paisajes verdes y blancos intercalada de conversaciones con la capitanía y llamaba a mi madre , que contestó primero mi padre con tono de cachondeo :P, él se molestaba con las viejas de atrás a las que tuvo tentaciones de preguntarles de que zoo habían salido; debido a ciertos atrevimientos táctiles por parte del insurrecto juguetón de Cocoa, ambas me miraron con mandíbulas tensas de cristiana indignación y mirada severísima cuando se me ocurrió dirigir mis ojos directamente a los suyos cuando se terminó el viaje. ( JO JO JO)
Una vez en Málaga sólo quedó esperar a nuestros Callao Warriors favoritos, mientras la noche se iba extendiendo y ellos decían por teléfono que "ya habían salido": cuando me di cuenta, Seran y Mario venían por la acera con una expresión de cachondeo indescriptible, acompañados de Quantum y Hissan...hubo algunas bromas, sobre si preferíamos ir al centro comercial o acompañar a su Santidad a buscar polos Ralph Lauren, y que había vestidos muy baratos de Ágata por ahí, pero me quedo con los complementos, gracias. Ir de mesa camilla en rojo furioso no me sentaría bien. Acabamos en la tasca del mencionado centro comercial que sirve de fondo a nuestros caretos de circunstancias en la imagen adjuntada más arriba, y eso que pasamos de largo por un "VIPS" en el que no venden libros además de comida grasienta. Pero resistimos la tentación, que estábamos en provincias y no íbamos a traicionarnos tan vilmente :P
Allí en la cervecería tuvimos una agradable e interesante conversación, amenizándonos la espera de Mario, que tuvo que volverse a su facultad a recoger algo...la única broma la hizo Seran, deduciendo que habíamos encontrado "un huequecito" :P, al mencionar yo nuestra visita a La Alhambra del día anterior. Cuando volvió el ausente nos levantamos y nos fuimos a comprar bebidas para el botellón al que íbamos a acudir más tarde, lo que originó una nueva discusión sobre marcas de whisky, si bien al final se contentó a todos con un ron de ocho años. Luego el Capitán se fue al baño y con un brillo maligno en los ojos, Serandel y JP2 me preguntaron si la experiencia había sido satisfactoria, que si cuenta los detalles sucios, que si los Calvete Klin son boxer o marcan...pero todo eso va en la versión extendida de esta crónica, que algún día publicaré de forma anónima en La Sonrisa Vertical. Luego vuelve él y le dicen "Ya sabemos cuál es tu problema, tranquilo..." (JO JO JO)
Fuimos a un bar a punto de reventar de la gente que había y conseguimos comernos unas tapas: en el camino se nos habían añadido el locuaz Peter, creo recordar que era su seudónimo, y Kanalov, que alguna vez he visto por el irc. Luego cenamos en el kebab de al lado y nos dirigimos a la Plaza de la Merced por una lustrosa avenida con farolas y bancos que parecían lápidas, según una siniestra observación de no recuerdo quién, a ese botellón multitudinario que salió en los telediarios y que en vivo y en directo es más civilizado que el interior de muchos pubs...mis ligeros cubatas de ron no me afectaron demasiado, no sé qué me hubiera pasado si me hubiera bebido ni que fuese medio de los que se hacía el burrote de Cocoa, que no me había contado que años atrás, iba comentando por esa misma plaza a grito pelado que yo seguramente era un cardo, según Serandel. Se apresuró a aclararme que no era exactamente así, pero tal como nos "veíamos" en aquel tiempo tiene narices de ser una versión suavizada XD
A continuación nos metimos en el "Village", un pub en el que había un retrato de los mismísimos Kinks y la música era más que decente: se rumoreaba que era posible la presencia en aquel bar de un miembro insigne de esta comunidad de blogs, la señorita Caína, pero finalmente ésta no apareció, no dudo que hubiera sido interesante. Mario no paraba de pedirnos demostraciones de afecto, que si "un poco de afectividad" , que si "ahora no hay cámaras, ya podéis daros un beso", hasta parecía el felón voyeur de Eduardo :P...sin embargo, lo mejor fue en el último pub, en el que se dedicó a bailar desaforadamente desde el "Bulería" de Bisbal hasta el clásico "I will survive" de Gloria Gaynor, que se baila al final de la noche agarrado al borracho más próximo, en una versión extremadamente torpe del can-can francés. Nosotros estábamos destrozados, apoyados en los abrigos y medio dormidos. A eso de las seis desayunamos café, colacaos y bollería industrial los supervivientes en la cafetería de la estación. Seran se había ido a las tres, tras una breve estancia en el "ZZ", el pub al que fuimos antes del "Cosa Nostra", muy representativo de los bares de los que disponemos en mi ciudad, que es como una versión muy escueta y aburrida de Málaga, por mucho que intente desvalorizarla el Capitán, siempre va a ser mejor que dónde yo vivo. A las siete nos despedimos y nos subimos de vuelta a Granada, tratando de dormir algo durante el viaje, y durmiendo aún más en el hostal, hasta bien avanzado el sábado.
SÁBADO 28: ABIERTO HASTA EL AMANECER II O MINA Y VAN HELSING REDUCIDOS A CENIZAS
*Al fondo suena el "Melancolía" de Camilo Sesto, naturalmente, Mario también lo baila, hasta lo interpreta algo, siempre es una tentación irresistible. Es el último pub, estamos vencidos, caídos, hechos cisco...
C:"Supongo que tendrás esta horterada en emepetres en tu ordenador , ¿no?"
X: "Sí, claro."
C."Pues yo también" (sonriendo)
El Capitán y Scully al borde del abismo :P
No me pregunten a qué hora fue, sólo sé que volvimos al inet, dónde el Capitán comentó algo sobre Andalucía y los andaluces en el blog del amigo Germán, ya que casualmente era el día de la comunidad en la que me hallaba y antes habíamos estado en el vital "Flor y Nata" comiendo croquetas, ensaladilla -cansinos más que cansinos :p- y un lomo muy suave. Además el muy puñetero intentó convencerme de que trolleara un poco con una expresión de lo más perverso...nos hicimos unas cuántas fotos más en los cafés literarios que nos restaban por visitar, no pudimos quedarnos en el "Anaïs", que estaba lleno, pero sí en el "Tertulia", que me pareció más orientado a la música, por las pintas de la pureta de la barra y el escenario preparado a tal efecto. Luego nos volvimos al hotel y vimos el Betis-Sevilla que acabó en empate, entreverado de aportes folklóricos de ese futbolero incorregible del Capitán tales como "¡¡Me cago en San Dios!!"...al acabar el partido nos fuimos a buscar comida china, y esta vez nos cundió más a ambos. En realidad les comprendo, cuántas veces he dicho yo en pleno episodio "Mulder, si no fueras tan guapo, ella te iba a decir un par de cosas" :P
Creo que entrevimos "Black Hawk Down" en el Plus. La música, la imagen y los tíos son una maravilla, pero vaya panfleto pro-militarista y videoclipero que se marca el Ridley. Prefiero "Hannibal" de calle, al menos no está al servicio de nada ni de nadie...
DOMINGO 29: BUFFY VUELVE A SUNNYDALE
Van los curas y abren la catedral esa mañana...lamentablemente la visita estaba bastante restringida y no pude ver la tumba de los Reyes Católicos, que era lo que habría preferido esa pequeña parte siniestrilla que me queda por ahí: desde las supuestas momias de los amantes de Teruel allá por el viaje de estudios de octavo que espero algo de ese calibre. Pero dió igual, la antítesis renacentista de cualquier catedral gótica, amplia, blanca, luminosa y algo desnuda de ornamentos ya fue suficiente. Luego nos detuvimos en un curioso y acogedor café con un trenecito que circulaba eternamente sobre nuestras cabezas y desayunamos tarta de chocolate y una tostada de tomate, para luego llegarnos hasta el hostal a por las maletas y coger un taxi hasta el aeropuerto, tras habernos asegurado de haber hecho nuestro proyectado intercambio cultural: yo le cambié "Las edades de Lulú" de Almudena Grandes y le dejé las cartas de El Loco a cambio de "Aquí te pillo, aquí te mato" de Amy Sohn y "El rompecabezas de la sexualidad" de José Antonio Marina. Hum...sí, claro que es una coincidencia. Tras una comida en la cafetería del aeropuerto en la que nos fuimos quedando algo serios, viendo como se aproximaba la inexorable conclusión de una de las mejores semanas de mi vida, nos despedimos cariñosamente, hasta cuando se pueda, y crucé los detectores de metal de una vez, sin poder evitar mirar atrás un par de veces. Ya en el otro lado empecé a leer el muy ameno y revelador libro de Marina, lo seguí en el avión y en las tres o cuatro horas de café modernista en Palma hasta concluir el tercer capítulo y hasta que pude coger el autobús de vuelta a casa, al recibidor en el que encontré al lánguido de mi padre poniéndose la chaqueta con la intención de ir a esperarme.