Si bien este abril robado está resultando muy positivo, aunque sólo fuese por la egregia compañía, no ha estado exento de dificultades, fundamentalmente por un intento de acoso moral por parte de mi propio tío...al parecer ya tenían decidido que las prácticas las iba a hacer mal, y no sólo eso, encima me llama la futura directora de mis apartamentos y me dice que si tendría que volver a mi ciudad a hacer prácticas en los mismos...y me lo dice ahora, cuando ya he pagado toda mi estancia y no puedo presentarme allí hasta mayo. El caso es que ambos me chantajearon del mismo modo, diciéndome que si habían despedido gente mejor que yo por mi culpa, es curioso que digan eso cuando fueron ellos mismos quienes tras despedirme reclamaron mi presencia de nuevo... quizá una que yo me sé ha subido chivándose a la central de los tejemanejes de los socios que pillaban enmedio a otros, que no a ella, claro; el año que viene tengo que cambiarme de empresa, porque estos modos y esta soberbia son inadmisibles, por no hablar de lo que pienso yo de los trabajadores que son serviles hasta ese punto: se merecen todo lo que les pase. Ya te la jugarán, imbécil, que Roma no paga traidores.
Después de esas tensas horas escuchando como mi madre decía que en el hotel opinaban que yo no servía para una recepción, que me faltaba soltura y al mismo tiempo se me recriminaba que pretendiese aprenderlo todo en los tres días que llevaba allí...pues ya no pude más, se me saltaban las lágrimas y odié a los hoteleros y su puta madre más que nunca. Creo que muchas veces la situación laboral de uno se vuelve insostenible, con tanto abuso y tanto mangoneo, y siendo tu familia ya es el acábose. Me voy a plantear en serio lo de cambiarme el segundo apellido el año que viene, y lo siento por mi madre, pero además de buscarme otro trabajo creo que debería desvincularme de ellos de forma radical y permanente.
Sin embargo, hubo un punto positivo en todo eso: por primera vez en mucho tiempo, mi padre se puso de mi parte, me preguntó cómo me encontraba y me dijo que no debía cambiar mi personalidad por ellos, que él no les necesitaba y que se podían ir a ca una puta , que decimos por aquí cuando estamos emprenyats. Este gesto me ha conmovido sobremanera, ya que esperaba el habitual sermón sobre lo lenta que soy y que cómo me meto en este lío antes de empezar a trabajar, sin tener en cuenta que con quién se están pasando es conmigo, y que preferiría unas palabras de ánimo.
Poco después de ese suceso tuve la oportunidad de ver "Big Fish", un Burton un tanto sobrio, pero basado en uno de esas novelas sobre personajes extravagantes de la Norteamérica profunda; aunque no se sitúe en el Sur, me recordó los relatos de Truman Capote y Carson McCullers. Además trataba de una relación paternofilial muy especial, entre un padre fantasioso y su más pragmático hijo, más por contraposición a esa tendencia fabuladora de su padre que por convicción propia.
También trataría sobre la mentira y la verdad, y cómo en el caso de este hombre era mejor la primera que la segunda, o al menos más romántica, tal como opinaba su propia nuera. Pero lo que más me llamó la atención del cuento fue el afán del hijo por saber la verdadera historia de su padre y por llegar a comprenderle, y ahí es adónde quería llegar, a mis propios afanes de llegar a un entendimiento con mi sobreprotector y cabezón progenitor: quizá ese proceso esté dando sus frutos, al menos en dirección inversa a la que narra el film.
Por mi parte, sé que desde fuera se puede ver a mi padre como un fracasado, porque sus negocios no salieron bien y porque no llegamos a prosperar como esos desalmados que tiene mi madre por "hermanos", pero yo siempre he procurado detenerme al borde de cualquier pensamiento de desprecio, porque sé que no todo es culpa suya, que como todo en esta vida, hubo un cúmulo de factores y circunstancias que le llevaron por ese camino y no por otro. A pesar de que discutamos tanto, mi padre es alguien digno de quererse, aunque no tenga dinero ni "éxito" como otros, que parece que se creen que pueden comprar hasta el respeto de los demás. El mío lo doy a quién me lo inspira, y él siempre será uno de esos privilegiados.
Quizá debería inventarle una vida como la de esos fantásticos Ewan MacGregor/ Albert Finney , este post me parece demasiado realista para dedicárselo, pero se lo brindo y también la promesa de no dejarme pescar jamás.
En La Pepita hay un cartel de "Se necesita personal". Te pasaré el número ... :D
Posted by: Germán on April 22, 2004 9:48 PMHablando de egregia compañia, el "abuelo" de ese egregio acompañante ("fuertecito", aficionado a la ropa interior de calvin klein y a las chaquetas de terciopelo(jojojo)) , esta precupado por su "nieto", ya que no da señales de vida, asi que cuando le veas llamale ROJO! de nuestra parte XD