Jo só l'esqueix d'un arbre, esponerós ahir,
que als segadors feia ombra a l'hora de la sesta;
mes branques, una a una, va rompre la tempesta,
i el llamp, fins a la terra, ma soca migpartí.
"Desolació", Joan Alcover
De todos es sabido mi poca simpatía por los ricos y la aristocracia en general, así que sigo sin entender porqué una broma salvaje contra el rey de Garusi, por negrísima que sea, es un delito y en cambio la misma contra Bush o cualquier otro villano de moda, por jefe de estado que sea, seguro que tendría gracia...sigue sin gustarme eso de que una persona sea superior a ti por venir de unos genes corrompidos por la endogamia continua, porque como no esa eso, no veo más diferencias entre las cabezas coronadas y la gente de a pie. Aún habiendo cambiado de opinión sobre la matanza de los Romanov -antes me daban pena, y ahora creo que su fusilamiento fue un mal menor- , para mí sería suficiente con que aboliesen la monarquía, para mí no tiene justificación en pleno auge de las democracias y las repúblicas, y viene a servir más de adorno que de otra cosa, aunque tuviera su papel en esa pacífica transición a cambio de la cual tantas cosas fueron silenciadas...a veces no sé si sería mejor saberlas de una vez, tanto de un bando como del otro, no puedo evitar pensar en aquello de que el pueblo que olvida su historia está condenado a repetirla.
Sin embargo, no expresé nada al respecto, quizá porque veo que la monarquía ya es algo que va yendo de capa caída por si mismo, y no me valía la pena meterme en berenjenales, sin embargo, esta tarde, antes de irme al curro, he visto esto y casi he perdido el autobús por responder, un tanto apresurada y vehementemente:
Ya sé que nadie más parece verlo así, pero me he sentido molesta por esa excusa ante la que tantas veces, los mallorquines hemos tenido que bajar la cabeza, que si estamos hablando en mallorquín para que no nos entiendan, que si somos unos maleducados...si bien hay gente que hace eso, también hay muchos que o hablamos en ambas lenguas alternativamente en las conversaciones o usamos el castellano para que nuestro interlocutor castellano no se sienta incómodo, aunque es corriente que si la mayoría en la mesa del café xerra más que habla, te salga hablarle en mallorquín al amigo que al que has hablado en esa lengua toda la vida. Creo que ya está bien de pensar que lo hacemos por maldad, francamente.
Siempre he pensado que tener dos lenguas debería ser un privilegio y no un problema, y después de recibir influencias diversas en el ecléctico y reducido ambiente de la isla, que han ido desde el típico foraster que te dice hábleme en cristiano hasta aquel director de mi revista y su amigo de la facultad que antes de dejarme escribir en catalán standard, me hicieron un interrogatorio con flexo a la cara incluido sobre si había sufrido ataques españolistas, he acabado por adscribirme de pleno al bilingüismo, considero que es la mejor solución.
O más bien debería decir que así lo consideraba: si bien tengo entendido que en Cataluña el nacionalismo se está radicalizando hasta límites insoportables, extremo que desearía confirmar con algún catalán, para que me diga si es efectivamente cierto que en según que entornos no se puede hablar en castellano -incluso en Barcelona...jamás lo hubiera sospechado. Eso sería muy triste- debo reconocerles a los catalanes que han sabido defender lo suyo como nadie, casi parafrasearía a Boabdil diciendo que ahora lloramos como mallorquines lo que no supimos defender como catalanes. Ahora que somos cuatro , tres son hoteleros sin escrúpulos y el cuarto es alguien que se ve obligado a renunciar a su identidad, avergonzado de ella, prisioneros en un anuncio de Benetton sin sonrisas, en una diversidad de ghettos incomunicados cada vez más espesa.
Antes tenía un amor por esta tierra y sus gentes, y su lengua, un amor mínimo, un respeto, ahora esto ha sido sustituido por un odio en aumento, terriblemente doloroso y el bochorno que ya veía nada menos que la Sand en el diecinueve -necesito leer su libro- , que ya estaba claro que nos iban a vender y que sí, vale, como muchos andaluces y extremeños me han dicho, es injusto que tengan que venir aquí y aprender catalán por narices, sabiendo que nosotros entendemos el castellano, pero es que entonces somos nosotros los que o renunciamos a lo nuestro o formamos un ghetto aislado, como ha acabado sucediendo. No creo tampoco que fuera un esfuerzo tan grande aprender mallorquín y así saben otro idioma, es algo que ganan, sin perder lo suyo.
Eso sí, lo que me parece absurdo es que encima los catalanes -aunque se dice que se trata de algunos sectores extrañamente catalanistas de la sociedad mallorquina- quieran imponernos su catalán, y luego se diga también que si eso es una conspiración urdida desde Madrid para dividir a los catalanoparlantes...ni siquiera yo puedo tragarme eso. No sé la razón, pero he vivido ese avasallamiento interno que sólo ha servido para empeorar e involucionar las cosas. Hace tiempo, escribí esto en un foro, que bien sirve para explicar la situación de mallorquín y mallorquines:
El mallorquín hablado está demasiado lejos de la variante qué escribimos, que es catalán standard, tipo el que se habla en TV3, y eso es lo que hace que muchas personas prefieran leer y escribir en castellano antes que en un catalán que no tiene nada que ver con la lengua que ellos consideran como mallorquín y que hablan cotidianamente.
No comprendo porque es tan difícil enseñar una variante mallorquina del catalán que se pueda leer y escribir, que se incluya en la gramática, y dejar de considerar como despectivamente dialectales nuestro sistema de artículos, parte de nuestro vocabulario habitual y hasta algunas expresiones.
A mí me gusta leer y escribir en ese catalán, durante años he escrito en la revista del pueblo, hasta que perdí el interés, pero tampoco lo considero mallorquín, ya que éste difiere mucho más del catalán standard que no las variantes andaluzas o barcelonesas del castellano del castellano standard, cuyas únicas diferencias radicarían en la pronunciación, vamos.
En cambio, en el caso del mallorquín, se trata de todo un sistema de artículos distinto y de demasiadas expresiones y vocabulario diverso que son claramente diferentes: por ejemplo, ningún mallorquín llamará a su gato "gat", porque para nosotros es un "moix", y "el gato" es "es moix" y para vosotros en cambio es "el gat", y hay bastantes más ejemplos de eso, como la diferencia entre las variantes de vaso, en catalán "got" y en mallorquín "tassó"...en cuánto a las expresiones, a nosotros jamás se nos oirá decir eso de "oi que sí, mare?", la verdad es que la gente de aquí suele parodiar el catalán standard de la TV3 que a veces nos suena extrañamente relamido.
Cómo comprobé en el weblog de un chaval de la isla el otro día, tampoco diremos que alguien se queda "bocabadat" delante de un escaparate, nosotros a ese le diríamos que se queda "entabanat". Y así un montón de detalles que no dejan de conformar una variante a tener en cuenta también en su forma escrita, lo cual explica que a tantos, los que no nos hemos renegado, nos resulte antinatural y forzado escribir en un catalán que no hablamos.
No sabes cuántos amigos y conocidos, me han llegado a decir cosas como "no, es que yo el catalán de los libros no lo entiendo" , "això no es mallorquí" etc., o incluso los típicos catalanistas radicales que hablan en catalán standard y que consideran el mallorquín sencillamente incorrecto en su totalidad, tanto el hablado como el escrito: en mi infructuoso paso por una facultad privada de magisterio de la isla, fui la única en aprobar el examen oral de catalán por hablar como en TV3, ya que estaba informada de que a todos los que habían hablado como en su pueblo los habían suspendido. No olvido esa experiencia en mi vida, como muchas otras bastante negativas con catalán y catalanistas radicales, que en mi instituto los había a puñados...
En resumen, que no es el mismo caso ni mucho menos: personalmente, noto que mi castellano hablado está mucho más cerca de su versión escrita que no en catalán, dónde hay una clarísima división entre mallorquín hablado y catalán escrito.
También deseo aclarar que no pretendo que la variante mallorquina del catalán o mallorquín sea diferenciada como idioma distinto del catalán, sólo que sea reconocido como un idioma digno y no tener problemas a la hora de expresarme por escrito en uno de mis idiomas, teniendo que armarme de paciencia y diccionarios.
La verdad es que esa sola frase dicha por un muñeco en una tira me ha recordado que antes tenía un cierto aprecio por esta tierra y hasta tenía la loca fantasía de apuntarme a Filología Catalana y hacer de Borja Moll, reventando el sistema desde dentro. Pero que más da, no vale la pena luchar por unas personas que dejaron de hacerlo hace mucho tiempo, y siendo egoístas, ahora tengo cosas más importantes en la que pensar, si bien les dejo esto para que reflexionen sobre si aún se podría evitar que desaparezcamos como pueblo. Seguramente no, pero bueno.
Cuando me vaya de aquí, voy a renunciar a mi identidad y adoptaré la de cualquier otra comunidad española que quiera acogerme, no me dedicaré a cantar "La Balanguera" por los rincones, mi acento se desvanecerá con los años y "Mediterráneo" de Serrat nunca más me hará llorar, porque ya no me acordaré de que un día fui una señorita en un reino junto al mar.
Visite nuestro hotel, visite nuestro hotel/ el recepcionista se masturba con los pies
"Visite nuestro hotel" de El Chivi.
Para celebrar que a partir de esta semana tengo dos días libres -y si siguiera los sabios consejos del Chivi, probablemente conseguiría semana y media más una entrevista con el psicólogo de la empresa- vamos a contar algo positivo, y por tanto, a todas luces insólito, que me ha sucedido en el trabajo, y encima desde el mismo, para más recochineo, me da igual que se presente la Stalinova de improviso: le diré que es mi media hora de descanso y le dirigiré una mirada insolente, como ya hice hace poco, además ella dijo que no me quería volver a ver jugando con el internet en horas de trabajo, y como no está aquí, para variar...pues ojos que no ven, y aunque se deba dudar de la existencia de ese órgano en los de seguro cenagosos interiores de semejante arpía diplomada, corazón que no siente.
El Sr. Televisión es uno de los personajes más entrañables ya no de los pocos que merecen tal consideración en la enrarecida atmosfera actual en mi trabajo, sino también de la anterior y más jovial existente en aquellos tres años que ahora parecen a una distancia de un par de viajes en Delorean, lo menos. Se dedica a alquilar televisiones a la mayoría de hoteles obsoletos de la isla, y a soñar con ganar algún cuponazo para retirarse de este mundillo turístico que cada año se aproxima más y más a una especie de pseudo-lumpen, con soluciones e ideas de bombero cada vez más cercanas a la desesperación y el delito.
En este Dachau de playa, fue el primero en ser amable con nosotras, mi jefa destronada de los apartamentos y yo, gastándonos una broma sobre que éramos "las chicas nuevas no tan nuevas" :P, además de preguntarme de dónde era un euro a mí que según él soy una nina il.lustrada, si bien también él es una caja de sorpresas; tras una vida dedicada aparentemente a familia y trabajo oculta su asidua colaboración en un coro que canta en alemán y en latín y con el que ha viajado en ocasiones al extranjero y lo que es más admirable, un pensamiento propio, unas ideas: hoy, sin ir más lejos, nos ha sorprendido a mí y a la compañera con unas reflexiones a partir de su lectura en curso de "Nada" de Carmen Laforet, sobre que las personas éramos tan vulnerables, que no éramos nada y que cualquier cosa podía acabar con nosotros, que de nuestra insignificancia no podía salvarnos nada material y que había muchas personas vacías que lo tenían todo, si mirabas sólo la superficie: nos ha hablado de un amigo común de su señora y él, que le había contado su separación y que estaba "tapado de dinero", que todo ese dinero y esas posesiones no le servían, porque ese hueco no podía comprarlo ni rellenarlo con algo tangible.
Luego me ha preguntado a mí, que la compañera le había dado ya la razón, no sé si como a los niños y a los locos, que si me había decepcionado...será posible. Ojalá todos fuésemos conscientes de lo que en verdad es importante del modo en que lo es él, aún haciendo lo que hace y viviendo en el más vacío de los lugares.
En otro orden de cosas, y a modo de conclusión, hoy he leído un artículo de Matias Vallés sobre el hecho de que el Govern haya decidido homenajear con no se qué distinción a George Sand, y quisiera destacar un par de frases de esta señorita decimonónica, por mucho pantalón que se calzara, sobre la isla y sus gentes:
"En Mallorca reina una raza estúpida, beata y ladrona"
*He aquí a los precursores de los hoteleros. Como si lo viese...
"Un mes más en la isla y Chopin hubiese muerto de melancolía y asco, mientras yo lo hubiera hecho de cólera e indignación"
*¿Quién no se ha sentido así en nuestro infinito invierno, ese que te cala hasta los huesos y te sigues helando por mucho que te abrigues?
Y como colofón, la genial contundencia de Matías: "Quien dice la verdad sobre Mallorca, deberá marcharse de la isla"
Y yo añadiría que con saberla ya tienes un pie en la Península o allende los mares: pronto no serán pateras con marroquíes las que arriben a las costas, serán mallorquines en yates robados de la jet-set que nos tiene como escondrijo ideal y casa de lenocinio.
*Imaginar sintonía de "Verano Azul" ligeramente acelerada, con un toque siniestro a lo "Twilight Zone", mientras un autobús se aproxima al más anodino de los pueblos costeros baleáricos a velocidad de "Paseando a Miss Daisy", según el agente 86 le dijo a 99 por el zapatófono, cuando ésta se hallaba aún explotada y acosada moralmente, para variar, en Fawlty Apartments, a finales de una ardiente mañana de agosto.
A pesar de la traumática experiencia con aquel hostal de Palma regentado por corsarios de su majestad, no aprendí la lección y acabé aceptando un precio un tanto excesivo para diez días, si bien cabe achacarle esto a mi pusilanimidad habitual -a ver quién se atreve a pedir que le devuelvan todo el dinero habiendo puesto ya la mitad- y a que me valió más media pensión en mano que alojamiento volante y quién sabe si escurridizo. Quizá si hubiesen incluido muffins, el agente Cooper no se me hubiera puesto tan quejica, aunque no deje de ser un rasgo entrañable muy propio de su roja persona y no dejase de tener razón en lo terriblemente húmedo del clima, lo injustamente caro que es todo, lo masificado de las playas y la total ausencia de alternativas más o menos culturales, ni canal de videoclips tenían, aunque el cubil elegido no estuviera del todo mal y se hallara en una buena situación, justo al lado del paseo marítimo, uno de los pocos lugares que agradaron a Isabelo junto con las rocky beaches que para nuestra fortuna, suelen asquear a británicos y germanos por igual, aunque se hallaran pobladas de curiosos ojos autóctonos familiarizados con mi manía de ir sola a todas partes.
En esta ocasión, el tiempo que pasamos juntos se vió reducido a unas cuantas tardes-noches y una mañana, excepto los tres días libres que conseguí arrancarle a la déspota neurótica que tengo por jefa, cambiando un miércoles como éste al viernes y gracias a mi recepcionista alemana favorita que me cedió su única jornada de asueto a cambio de ofrecerle yo la mía cuando la necesite: en principio eran cuatro, pero como era de esperar, la bruja anunció con satisfacción que otro día me lo daría encantada, pero que teníamos overbooking y que me necesitaban allí el viernes, ni siquiera me quería dejar la mañana del domingo para despedirme de mi compañero de departamento, aduciendo que apenas veía a su marido, que se supone que vive con ella, el pobre hombre...ya ensució suficientemente las dulces horas que pude pasar con Mr. Drae, arrebatándome minutos y minutos, emponzoñando mi espíritu con sus maniobras dictatoriales, no dejándome salir casi nunca a mi hora, mandándome ordenar la recepción cuando estoy a punto de irme con el bolso puesto...Isabelo fue testigo de cuántas veces le deseé la desgracia y la muerte, que la vida le cobre todo lo que debe a los que ha pisoteado y sigue pisoteando desde su inmerecido puesto de directora histérica y ciclotímica. El otro día intentó congraciarse conmigo una vez más, tomándome por una tonta que perdonase a cualquiera sin medir la gravedad de la ofensa o el maltrato continuado, aunque para esto seguramente habrá otros posts, antes del final de la temporada.
En realidad no debería seguir hablando de ello, porque no puedo con esta miserable, hace aflorar mi lado más oscuro y macarril, siento que deseo hacerle daño de verdad, que podría llegar a agredirla o atentar contra sus propiedades. Espero que sólo sean las típicas fantasías de venganza del empleado oprimido común.
Mobbing diverso aparte, y si bien no pudimos ir al cine ni meternos con las películas españolas que pilláramos por Canal + como en episodios anteriores, ya no hablemos de librerías, que lloramos todos, pude enseñarle las mejores partes de la aldea de Pin y Pon a Don Cocoa e incluso tuvo la oportunidad de conocer a The Royal Rinconbaums en persona, gato, progenitores socarrones y una silenciosa Fumadora de Camel incluidos.
Volviendo a la introducción, me lo encontré saliendo imprudentemente de una emboscada que me había preparado, el muy ladino, y buscamos un taxi hasta nuestros aposentos en la guarida precipitadamente seleccionada por servidora, si bien no creo que se pudiera encontrar nada mucho mejor, más bien algo peor incluso: he de admitir que las categorías aquí son engañosas la mayoría de las veces, lo que en la península es un cinco estrellas aquí no es lo mismo, ni mucho menos...consideren esto como un aviso para navegantes.
*La piscina es más bien una bañera atestada de guiris y no había minibar, aunque esto último sea algo dificil de apreciar sin la colaboración del CSI y su ampliador mágico de afotos. Suerte que esos malditos forenses voyeurs no andaban por allí...:P
La primera tarde en el buffet fue algo desafortunada y puedo decir que se nos caía el alma a los pies al pensar que tendríamos que aprovechar ese servicio cuántas veces nos fuera posible: pensé en exigir una devolución a la agencia a instancias del Capitán, que seguramente estaría pensando en que allí solo había ensaimada con crema y nunca bollos del Imperio, pero en días sucesivos se demostró que era comible e incluso aceptablemente bueno.
A la mañana siguiente fuimos la playa, aunque no a la que teníamos al lado, en vez de eso me pareció que podíamos probar a caminar hasta la playa sita frente a mi antiguo lugar de trabajo, aunque no osamos acercarnos al restaurante ni al Great Northern Hotel, nos mantuvimos ocultos entre los chalets, las rocas y el mar...así y todo, por informaciones posteriores de mi madre, sé que fuimos avistados por una de mis cuñadas segundas, que no quiso decirme nada para no molestarme. Espero que no viese las perrerías acuáticas a las que fui sometida a traición, tales como ahogadillas y proposiciones deshonestas diversas :P
Se nos hizo muy tarde andando de un lado para otro, así que acabamos "comiendo" a las seis de la tarde en el burguer de abajo, frecuentado por guiris y adolescentes ahora y en mis tiempos, aunque entonces había más de lo segundo que de lo primero. También probamos a llegarnos al pueblo, hasta mi calle: al saludarme una de mis vecinas, Isabelo no pudo evitar apreciar su sonrisa "entre beatífica y maligna", no en vano se trataba de una de las mayores cotillas de mi barrio. Además le enseñé la biblioteca que antes fue la mansión de mis abuelos. No hubo actividad paranormal en el Cuarto de los Muertos :(
Por la noche fuimos a dar un paseo por la playa y no contento con eso, al día siguiente se presentó en mi hotel por sorpresa, con la intención de traerme algo de comer, ofrecimiento que rechacé amablemente, no quería que se viera inmiscuido en algún tipo de altercado entre yo y la Stalinova, así que se volvió a nuestro centro de operaciones, espero que en autobús...unas horas más tarde, fuimos a cenar a un restaurante del puerto -y no pidió madalenitas, pidió sepia- y decidí enseñarle los antros de perdición: en el segundo de ellos, aún teniendo esperanzas de sorprender en él a mi amiga la del pueblo, estuvimos a punto de darnos de bruces con los mismísimos Falleros de Cabronia en inoportuna aparición especial, pero a media escalerilla se dieron la vuelta y se metieron en el bar de abajo...si pensaban saludarnos después no lo sé, porque nos marchamos pronto, y encima andando. De los pubs visitados, concluyó que el primero era un quiosco sobredimensionado que difícilmente podría ser considerado como bar y que el segundo era terriblemente caluroso; el clima estaba acabando con él, es un milagro que llegara a su casa sin una oreja derretida o algo así.
Al parecer fui avistada por la compañera y la zorra integral de mi jefa, que salieron juntas y nos vieron en el primer pub y andando por la carretera de regreso, cuando estaban sentadas en el Kentucky a las cuatro...hum. De momento, no vamos a pensar nada :P
El domingo salí a las ocho y se nos hizo muy tarde, por lo que tuve que cenar con el uniforme puesto; además tuvimos el dudoso placer de ver el habitual karaoke de Grease que se ofrece a los turistas desde el balcón. Personalmente, creo que el animador alemán que hacía de Kenickie se aprovechó algo de la Rizzo beoda que le había tocado en suerte...mientras tanto, mi madre se las había arreglado para organizar una cena para mi segundo día libre y ofrecerse de lavandera.
Esa mañana fuimos a la playa que nos pillaba más cerca, y tampoco consiguió que hiciese topless para escandalizar a mi tío el hotelero, que tiene allí su chalet...esa es sólo una pequeña muestra de hasta dónde puede llegar la entrañable perversidad del Capitán. Más tarde, hizo una maliciosa observación sobre el hecho de que a mí también me gustaran los mejillones, en Ca'n Punyetes el mejor restaurante de tapas del puerto, curiosamente propiedad de un granadino, si habíamos de atenernos a la decoración del local.
A eso de las siete y media nos encaminamos a la destartalada mansión de los Rinconbaums, que nos esperaban impacientes en el salón. Mi hermana se había traído una amiga, pero ésta tuvo que irse y quedamos solos ante el peligro, con la ligera ventaja de que mis hermanos ya conocían a Isabelo del viaje anterior y además se empeñaron en amenizar la velada, sobre todo un Pakito desatado, haciendo gracias sobre si mi madre nos echaba la cena a las once de la noche al fondo del jardín, que era dónde cenábamos tumbet, uno de los pocos platos que le salen bien a esa cocinera terrible que es mi pobre mamá y cuyas escasas habilidades han sido heredadas por mí. Entre ella y mi padre acribillaron a preguntas a Don Cocoa, y hasta le advirtieron sobre el desorden de mi cuarto cuando quise enseñárselo: supongo que NO es molt ordenat, como dijo mi padre haciendo aspavientos y poniendo caretos ridículos muy parecidos a los míos. De ahí en adelante, "és molt ordenat" se convirtió en uno de los mantras favoritos de Isabelo...no deja de ser cierto que mi habitación es más semejante a una zahúrda que a un paisaje lunar cualquiera :P
Como siempre ponía el aire acondicionado tan alto, se me resfrió y tuve que ir a por Frenadol e Hibitane a la farmacia por la tarde, después del infierno cotidiano, pero al día siguiente ya se encontraba bien y pudimos llevarle la ropa a mi madre para que la lavase, y nos quedamos a comer en la plaza, en un renombrado café en el que acabó apareciendo uno de mis tíos más cínicos que al parecer, le echó una mirada inquisitiva a mi acompañante por encima de sus gafas de sol... nos paseamos por el pueblo, y me volví a subir a las murallas, olvidando de nuevo que tengo vértigo, circunstancia que el malvado Cocoa aprovechó para hacerme nuevas perrerías...y eso que ahí arriba no me olvidé de ningún muffin por no prestar atención. Pero no adelantemos terribles sucesos :P
Luego caminamos hasta una rocky beach que le gustó tanto que nos hizo volver al hotel a por los bañadores para regresar a la misma después, con gafas de buceo incluidas. A continuación, llegamos al buffet por los pelos, como la mayoría de españoles del hotel, a ver cómo quieren que cenemos a las seis a imagen y semejanza de los hijos de la Pérfida Albión. No sé si era este día que me entró una "sed de café" terrible y al final acabamos en una heladería...es que soy una yonki, además de olvidarme de las peticiones de repostería diversa con relativa facilidad. No tengo perdón, lo sé.
El jueves por la mañana ya no pudimos ir a la playa, nos levantamos demasiado tarde y nos fuimos directos a Ca'n Punyetes para pedir unos mejillones al vapor de primero, mientras se me reprochaba mi afición a los entrecots, puesto que ya llevaba dos en dos días: es que precisamente no puedo comerlos siempre que quiera...por la noche, volvimos juntos por la carretera y al no hacer cenado yo, nos demoramos en el burguer de abajo: la tarde del viernes fuimos a recoger la ropa a casa de mi madre y nos dijo que el domingo por la mañana podríamos ir a comer a casa, ya que la estación de autobús está al lado. Luego volvimos al hotel y al buffet y al paseo por el puerto hasta el fatídico 1919, donde esa noche bebí un Capuccino de Luxe con demasiado Bailey's como para no acabar tomándole afición y donde probamos un muffin que alguien creyó de café cuando era de toffee, que es caramelo...el sábado fuimos a cenar a un restaurante en el que el día anterior habíamos visto a Llum Barrera, pero no fui exactamente por eso, sino porque me gustaban las pintas: lamentablemente fue una desacertada elección por mi parte, ya que la comida era algo insípida y pesada, no pude acabarme mi lasagna de berenjenas y tuve que decir que no eran ellos, sino mi capacidad limitada.
Y claro, el 1919 estaba al lado. Y yo me había tomado el chupito al que nos habían invitado y estaba distraída y algo achispada mientras él esperaba leyendo el Marca y quejándose de lo desconectado que había estado de sus cotilleos futbolísticos durante la estancia, cuando se fue al baño hablando no sé qué de una magdalena de fresa...que es strawberry y no blueberry, que casi podría afirmar que es efectivamente, "arándano" y NO tiene porque ser igual que las manufacturadas por cierta cadena de cafés norteamericana, anda que como esté en el Mercadona a precio no precisamente de oro, lo que me voy a reír :P
En cuánto regresó de sus micciones, empezó a preguntarme si le había pedido su magdalena de fresa y así todo el tiempo, con lo que ya me había bebido medio Capuccino de Luxe y no cesaba de decirle si la quería de verdad o no. Y luego va y escribe un post, encima...no debí decirle que en realidad era de arándanos, si lo sé le digo que blueberry es petróleo :P
Tras este drama isabelino de insospechadas consecuencias nos aguardaba una nueva sorpresa: en el burguer de abajo estaba toda mi pandilla sentada, entre ellos mi amiga del pueblo, así que al final los presenté y estuvimos hablando un rato, aunque no pudimos acompañarles de marcha, ya que era la última noche y había otras prioridades.
A la mañana siguiente lo empaquetamos todo y comimos en mi casa, aunque esta vez conseguí contenerme algo, no sé si se me vieron las lágrimas en el taxi, espero que no. De todas formas, sólo estaban Pakito y mi madre, y lo último que me dijo en la estación fue que si no se interponía una magdalena entre nosotros..*SIGH*
...
Menos mal que me dijo "Hasta luego" desde la puerta del autobús :)
Soy consciente de que esta crónica no es tan espectacular ni lucida como las otras, pero esto no es sino la demostración práctica de que vivo en un degradado pueblo costero sin horizontes y sin interés puramente turístico. Es que no hay ni una mala alternativa a nada, oiga.
Bajo el palio de la luz crepuscular
cuando el cielo va perdiendo su color
quedo a solas con las olas espumosas
que me mandan su rumor
Ni un lejano barquichuelo que mirar
Ni una blanca gaviota sobre el mar
yo tan sólo recordando la aventura que se fue
la aventura que en sus brazos amorosos disfruté
bajo el palio sonrosado de la luz crepuscular
Mirando al mar soñé que estabas junto a mí
Mirando al mar yo no sé que sentí
que acordándome de ti, lloré
La dicha que perdí
yo sé que ha de tornar
y sé que ha de volver a mí
cuando yo esté mirando al mar
Bajo el palio de la luz crepuscular
cuando el cielo va perdiendo su color
Mirando al mar soñé que estabas junto a mí
Mirando al mar yo no sé que sentí
que acordándome de ti, lloré
La dicha que perdí
yo sé que ha de tornar
y sé que ha de volver a mí
cuando yo esté mirando al mar
Jorge Sepúlveda, mirando al mar hasta día 15, con el mismo acento que yo :P