*Desde la ejecutiva del partido me ha sido encomendado corregir lo que se ha definido como "tremenda injusticia fotográfica"; por tanto, el mejor capturador del reino, afín a nuestras ideas, ha tenido la gentileza de enviarme este nuevo careto de alucinada, supuestamente más aceptable que el de amuermada, expuesto de forma imprudente e irreflexiva en el post anterior, si bien nunca tanto como la deslumbrante donosura del bello Isabelo y una de sus mejores sonrisitas sardónicas.
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Tras una reunión a horas intempestivas con mi compañero de partido, habiendo considerado la posibilidad de hacer un post más o menos serio para conmemorar este logro, tipo discurso de la academia, thank you everybody, my mother, my cats and my dogs, he decidido que no, por la sencilla razón de que alguien que ha escrito cinco diarios, infinitas cartas -llegué a los cincuenta folios, mi amigo por carta más veterano puede dar fe de tal proeza- y cientos de posts en foros, no puede considerar esto como algo extraordinario: puedo afirmar con tranquilidad que sabía que sería relativamente fácil llegar al año de blog, como no lo impidieran causas de fuerza mayor.
Debería hacer una reflexión sobre como han mejorado muchas cosas desde el 25 de este mismo mes del año pasado, pero no creo que haga falta, a la vista está: el tipo protervo de la foto pequeña tiene mucho que ver en ello, por ejemplo.
Por tanto, sólo me resta albergar la esperanza de no haberos aburrido demasiado, que el desgaste de retinas os haya valido la pena y que, sintiéndolo mucho, voy a continuar con este vicio de escribir. Mañana o pasado, más, como siempre.
Hola, escribo desde el trabajo: no es que tenga mucho tiempo, pero no puedo resistirme a señalar una serie de sucesos relacionados con una habitación concreta ocupada por habitantes de Bagdad -ay-, un par de tipos gritones y una supuesta ama de casa, según consta en la fotocopia de su pasaporte, que vi ayer.
Esta tarde, una de mis compañeras me ha enseñado el teléfono de un tal Usama, que ha acabado por llamarme esta tarde y decirme que un tal Rashid pasaría a buscar unas cosas: hace unos minutos se ha presentado, y al no estar el tal Usama, le ha dejado una nota en árabe.
Supongo que conseguiré hacerme a la idea de que se trata de un cúmulo de casualidades que coincide en apariencia con ciertos esquemas aparecidos en el telediario sobre los métodos del terrorismo , y que sólo se trata de unos pastelitos para su abuela. O de contrabando de alfombras, como máximo.
Mira que si muero archivando reservas esta noche...al menos si no termino, tendré una buena excusa.
Después de pensarlo mucho, no tengo ganas de seguir escribiendo de lo mismo:
tampoco me apetece revisitar el pasado explicando de donde proviene mi indeleble y marcado prejuicio frente a ricos, nuevos ricos y otras especies, mientras no encuentre una forma menos melodramática de abordarlo, y tampoco sé si me iba a quedar más tranquila con eso. Por otro lado, había pensado en la posibilidad de hacer un post más elaborado de lo habitual sobre una combinación de obsesiones mías y viejos artículos, pero estoy harta de pasar reservas encadenada al ordenador y de horarios mutantes provocados por los caprichos de una ¿compañera? que usa su condición de divorciada con hija pequeña para obtener domingos libres... a estas horas, sigue conmigo la certeza de que este lugar ya no es sólo pequeño, es minúsculo y asfixiante como un portaobjetos en el microscopio, plagado de virus avariciosos y amebas sin aspiraciones. Ni siquiera la comida china que me he llevado a casa para cenar ha logrado animarme lo más mínimo.
De momento, no tengo sueño, así que he continuado bajándome canciones y he encontrado una pequeña maravilla, algo inesperado o puede que olvidado hace algún tiempo. Se trata de esto:
"¿DÓNDE ESTÁS?" -Jaime Urrutia
Interpretada por Jaime Urrutia, Andrés Calamaro, Enrique Bunbury y Loquillo.
*Jaime Urrutia, con su tono y timbre tan inconfundibles:
DICEN QUE ESTAS MUERTA
LAS CALLES DESIERTAS DEL OLVIDO
NUNCA SABRÁN QUE SIGO EL RASTRO DE TU AMOR
*Andrés Calamaro, con acento y voz cazallera:
SUS AMPLIAS AVENIDAS
LE SIRVEN DE GUARIDA A TU CORAZÓN
NUNCA SABRÁN QUE SIGO EL RASTRO DE TU AMOR
NUNCA SABRÁN QUE SIGO EL RASTRO DE TU AMOR
¿DÓNDE ESTÁS, QUIERO VERTE, DÓNDE ESTÁS?
¿DÓNDE ESTÁS, REINA DE MI SOLEDAD?
¿CUÁNDO VAS A QUERERME, CUÁNDO VAS
A DESPERTAR DEL SUEÑO DE TU LIBERTAD,
A DESPERTAR DEL SUEÑO DE TU LIBERTAD?
*Loquillo se encarga de la parte hablada a lo Elvis, como en la inolvidable "Are you lonesome tonight?"...
HEY NENA, HE PASADO TANTO, TANTO TIEMPO BUSCÁNDOTE
Y LA CIUDAD ES TAN GRANDE PERO TU AMOR TAN PEQUEÑO
*El Bunbury exagera e imposta como siempre, y una vez más, en lugar de la natural irritación que sufren otros, a mí me gusta, me resulta entrañable:
LOS ÁNGELES DEL CIELO PRENDADOS DE TU PELO
PATRULLAN POR LA CIUDAD
NUNCA SABRÁN QUE ME PARTISTE EL CORAZÓN
¿DÓNDE ESTAS, DÓNDE DUERMES, DÓNDE ESTÁS?
¿DÓNDE ESTÁS, PRINCESA DE MI SOLEDAD?
¿CUÁNDO VAS A QUERERME, CUÁNDO VAS
A RENUNCIAR AL SUEÑO DE TU LIBERTAD?
MOSTRANDO DÓNDE ESTÁS
¿DÓNDE ESTÁS, QUIERO VERTE, DÓNDE ESTÁS?
¿DÓNDE ESTÁS, DÓNDE DUERMES, DÓNDE ESTÁS?
¿DÓNDE ESTÁS, QUIERO VERTE, DÓNDE ESTÁS?
¿DÓNDE ESTÁS, DÓNDE DUERMES, DÓNDE ESTÁS?
No sólo la he vuelto a poner varias veces, además he ido a ver ese vídeo con reunión de monstruos del pop a pequeña escala a una página web y en ese momento me he dado cuenta de que lo vi una sola vez en Los Cuarenta y me quedé obnubilada con la canción, ya entonces: me gusta mucho el detalle de añadirle violines, y me es simpática la reunión, aunque Loquillo siempre me ha parecido algo ridículo, tengo mucho más respeto por los otros tres, en especial por Calamaro y Bunbury, ya que poseo álbumes de ambos artistas. La letra es de esas sencillas, quizá algo tópicas, pero eficaces y con algo de poesía urbana, además creo que la mejor estrofa es la que canta el aragonés.
Al final siempre llega esa canción cuya luz parece oírse. Es curioso que esto me suele pasar sobre todo con aquella música de los años cincuenta y sesenta que escuchaba cuando tenía catorce años en la radio, los fines de semana fuera del internado: andaba haciendo equilibrios sobre las sillas del salón, poniendo tenedores en los platos de la pared, para mejorar la recepción de no sé qué programa que escuchaba entonces, a fin de no perderme coma de la vida de Roy Orbison, Buddy Holly y otras horteradas que horrorizaran a mis lectores hasta el síncope. Sospecho que esta "¿Dónde estás?" pertenece a ese palo, rock primitivo sin el cual no hubiera existido todo lo demás.
Siguiendo en lo musical, últimamente ha nacido en mí un deseo creciente de haber sido heavy: no hago más que acordarme del día que fui al instituto con la camiseta de Jack Daniels de mi hermana y todos me veneraron, incluso me dijeron aquello de "Eh, esa camiseta es guay" y además fue una tía que no me podía ver, para más puntos, fue un día digno de Ferris Bueller. Si hasta estoy buscando aquel "Can I play with madness" de Iron Maiden, cuyo videoclip con niños ingleses de uniforme dibujando en la campiña cuando aparece un monstruo a lo Creepy no olvidaré mientras viva...sospecho que esto tiene que ver con cierta violencia interior. Ricky Nelson ya no es suficiente, ya estoy volviendo a escuchar "Judy is a punk" de los Ramones, una y otra vez.
Además, mi compositor clásico preferido es Richard Wagner, aunque la séptima sinfonía de Beethoven también me motiva, por no hablar de mi canción favorita en los autobuses: "Santa Lucía" de Miguel Ríos.
*A menudo me recuerdas a alguien
tu sonrisa la imagino sin miedo
invadido por la ausencia
me devora la impaciencia...
,¿ era más importante el debate sobre el pacto de Estado sobre la ciencia y el desarrollo tecnológico de España, a fin de no perder ni el furgón de cola de las sociedades subidas en el AVE de las nuevas revoluciones científicas y tecnológicas (nanotecnología, proteómica, computación cuántica, etc.), a fin de no quedar reducidos a un país de camareros y empleados de hoteles y campos de golf? (con todo respeto hacia esas profesiones, tan dignas como cualquiera, pero que si fueran mayoritarias en España, creo que tendríamos serios problemas económicos)
Cualquier comentario, en cualquier blog.
Es una suerte que haya recordado a tiempo que mañana tengo que ir a votar, gracias a la lectura de este blog; este tan digno trabajo de empleado de hotel hace que todos los días sean iguales... siento tener que confirmar a ese comentarista que en efecto, si en verdad el resto de europeos pretenden convertir este país en el yermo intelectual e ideológico en el que han convertido ya mi comunidad autónoma tendremos serios problemas, y no sólo económicos.
Entre esto y el descorazonador y familiar artículo que he leído esta mañana en el Última hora, no sé si ir mañana a votar a un español, no paro de imaginarme a Borrell vestido de camarero. Por fin alguien se atreve a escribir lo que todos los mallorquines sabemos desde hace décadas, que esa reconversión y diversificación de la industria turística que tanto necesitamos jamás se producirá; me ha sorprendido que incluso se ha atrevido a lo indecible, señalar a los hoteleros como claros culpables de esta situación: por mucho que empeore la chusma que traen los todopoderosos touroperadores, eso sólo afectará a la mano de obra, a la que cada vez se pagará menos, y a la oferta complementaria, los bares y restaurantes a los que no pueden ir todos esos personajes de "Trainspotting" que sólo pueden permitirse venir a desquitarse de su toque de queda allá en la Pérfida Albión justo aquí, en la antiguamente llamada Isla de la Calma.
Resulta que los hoteleros siguen ganando dinero, si bien cada vez tienen menos beneficios, los tienen de todas formas. Y no van a renunciar a ellos...no sé que nos queda hacer ante esto, con razón tanto trabajador acaba desquiciado: a ver si veis normal que una compañera vuestra se quede tres horas extras y no se las paguen, o que una señora directora rompa un documento importante en trocitos y lo tiré a la papelera sólo porque se ha puesto histérica, al venir otra vez ese socio carcamal que se pasea por tu lugar de trabajo sin venir a cuento, quejándose de que hay demasiados papeles, como si supiera para qué sirven...con pasar de él y desear que en una de estas, se caiga por accidente a cualquiera de los canales de aguas hediondas cuya pobredumbre asimilaría la suya con facilidad pasmosa, es suficiente. No hay porque hacer mobbing involuntario además del intencionado, digo yo.
No, si en realidad sé que ellos se reirán mucho con todo esto, sin importarles que tantas personas vivan humilladas y reducidas a la nada, con el terror de perder su fuente de ingresos, de no poder pagar su hipoteca, o alimentar a sus hijos o de acabar viviendo con sus padres hasta los cincuenta años. Parece que sólo hay unas tres soluciones: una, la reconversión soñada, dos, largarse con lo puesto y que esos miserables acaben contratando monos de feria o robotizando los hoteles por completo, y tres, que algunos acaben hartándose de verdad y decidan que a lo mejor a los hoteleros les apetece probar a reírse en el fondo del mar.
Aunque parezca mentira, la primera es la más improbable de todas. Y la tercera podría acabar produciéndose cualquier agosto especialmente intenso, a poco que apreten un poco más las tuercas al personal...
Llevo demasiado tiempo pensando en la segunda. Al resto de españoles sólo les diría que si no se quieren ver así, que piensen, que lean, que no se dejen avasallar, que defiendan lo suyo, que quizá algunos de los que un día fueron mallorquines estarán encantados de ayudarles a luchar contra esos pocos que quieren convertirnos en masa aborregada que ya no sabe quejarse.
[Sonando "Night train" de Guns'N'Roses. Nunca fui heavy, siempre lo lamentaré. La recuerdo del autobús del instituto.]
En realidad no debería estar aquí: una vez más, mi capacidad para el despiste me la ha jugado y me he equivocado de turno; esta mañana me he presentado en el hotel y al mirar el horario pegado en la pared con celo, he comprobado con ingenua sorpresa que hoy me tocaba a las cuatro de la tarde, y como hoy éramos sólo dos, he tenido que volverme a casa. Lo peor del tema es que significa que esta semana voy a hacer ese horario maldito que consiste en una tarde y una mañana seguidas, dos veces, a su vez seguidas.
Además faltaba media hora para el autobús, con lo cual me ha entrado la risa floja, dado lo disparatado de la situación, y me he puesto a andar hasta el instituto para preguntar por ese módulo de recepción: por una parte, ha habido suerte; el plazo de matrícula ni siquiera ha empezado, pero la portera sigue siendo aquella arpía que provocara mi sutil expulsión del centro...y además he comprobado con tristeza que a los chavales ya no les sirve de nada saltar la valla si llegan tarde, puesto que la puerta a lo que es el edificio ahora es accionada manualmente por el cancerbero en cuestión. Y no sé si se podrá hacer en un año, veremos, aunque es de noviembre a marzo, para que el personal de los hoteles pueda estudiarlo sin problemas...otra mañana de la semana que viene iré más tarde, a ver si puedo hablar con el jefe de departamento.
Tras doblar el papelito que me han dado los secretarios -al menos esos no son los mismos, menos mal- con desgana, me he dirigido al puerto y me he tomado un capuccino, si bien he tenido un episodio psicopático al tener que escuchar a lo que sin duda eran caciques hoteleros hablando de la cara que tienen algunos trabajadores de llevarse sus hijos al hotel, que se pagaran una canguro como todo el mundo, que si no se podían fiar de esa gente...y yo allí sentada con mi uniforme, con la mandíbula tensa, pensando en que antes de irme, tenía que decirles "Esa gente son personas a los que no les pagáis suficiente, hijos de puta", pero al final me he contenido. Porqué nunca tienes el síndrome premenstrual cuando lo necesitas... :P
No sé si debería cualificarme, no estoy segura de que sirva para colocarme en una posición más favorable respecto a la Cosa Nostra y su reinado del terror y la soberbia. Pero me dispongo a consultarlo con la almohada hasta la hora de comer, qué remedio.
Universos de tierra y agua me separan de vos
Los Fabulosos Cadillacs, "Calaveras y diablitos"
No podría dormirme sin decir algo, aunque esta maravillosa sorpresa me haya dejado sin palabras y sin los posts a medias que llevaba incubando durante la tarde atendiendo a las labores propias de mi oficio: otro día, sin duda, pero hoy no.
No me atrevería a hablar de mi reacción primera ante ese post, aunque podría decir que una vez más he incumplido aquel "no estés triste, coño" del aeropuerto y que me he quedado en un silencio emocionado que me ha recordado otros, por ejemplo, aquelllos interminables y poblados de miradas en el autobús de Gomila al centro que todos los días recuerdo en el que me lleva al trabajo, y que muchas veces acaba en sonrisas a destiempo tan estúpidas como intrigantes.
En realidad, me dejé mucho fuera de la crónica palmesana, pero no porque fuese mío, sino porque es nuestro. Y porque mi memoria, Isabelo, es fundamentalmente semántica -ahora no sé si es correcto definirla así- y recuerdo más nuestras conversaciones, o fragmentos de las mismas, inscritos en la sombra luminosa y aún fresca de ese tiempo, aunque a veces se me aparezcan tus gestos o tu mirada agudos y nítidos, como si cortaran.
Si me permites esta pequeña licencia, para corresponderte de algún modo cómo te mereces, concluiré repitiéndote que te has convertido en una presencia constante en mi memoria, esa tan difícil de concentrar, siempre con decenas de ventanas abiertas en el escritorio.
Sólo espero que al final de esa calle estés tú, otra vez, otro día.
*Que nadie se preocupe por las horas: mañana o hoy, según se mire, es mi día libre.
Efficient, but a smiles costs nothing*...eso es lo que han puesto los hijos de la Gran Bretaña en el cuestionario que ha permanecido colgado en el tablero toda la tarde-noche extensible que constituye mi jornada laboral, mientras mi sangre iba espesándose lentamente, no conseguía asignar las habitaciones de ningún modo, sabía que me quedaría sin comisiones si no conseguía hacer cuadrar la cuenta -curiosamente, algo hemos perdido justo el fin de semana antes, o eso dice ella- y no podía dejar de mirar el mechero olvidado al lado de la fotocopiadora, mientras ya veía el avión de esos bastardos precipitándose en el Atlántico...al final he conseguido reunir cierta calma que evitara blasfemias, lágrimas, vuelo de objetos sin motor o marchas repentinas a casa, pero en un momento de ofuscación leve, he acabado por apuntar nerviosamente algo que luego he debido borrar, por mi propio bien, aunque si alguno de los desocupados funcionarios de la Central es lo bastante observador, podrá saber de mi respuesta pintando suavemente por encima con un lápiz. Les hubiera dicho: "It's very easy to criticise people when they can't answer you...and for what you pay we should spit on you"**.
Dejando aparte el asunto del mobbing, es intolerable que una vez más, uno de esos estúpidos tests sobre qué les ha parecido el hotel a los señores me ponga entre la espada y la pared, sólo porque no sonrío, que no se cuestione sólo mi trabajo, que encima es eficiente, según los cenutrios estos, sino también el de mis compañeras: para no costar nada el gesto parece que a algunas nos podría costar muy caro.
No sé cómo se puede dar crédito a quejas tan surrealistas...me pregunto qué será lo próximo, si secarles los pies con nuestro pelo o qué. O mejor dicho, sí sé de qué va esta canallada inadmisible de someternos al juicio alcoholizado y parcialísimo de unos miserables que en su país no le sonríen ni a su hijo, se trata de humillar al trabajador hasta desalmarlo y convertirlo en un autómata resignado que se conforma con menos que cero, en el esclavo de otro trabajador que viene aquí a olvidar que lo es, y tanto es así, que la comprensión que tiene para las ojeras del barman del pub de su calle no la tiene para el recepcionista que hace el trabajo de tres.
Colmado el vaso, he decidido que esto no puede quedar así: por tanto, en los próximos días voy a realizar un experimento epistolar sociomediático. Si da resultado, lo veréis, si no, ya lo explicaré.
*Eficiente, pero una sonrisa no cuesta nada.
**Es muy fácil criticar a la gente cuando no pueden responderte...y por lo que pagan, deberíamos escupirles encima.